La Presencia Sombría

En la noche de ayer, en un día como cualquiera, me encontraba en la pieza, mi familia y yo estábamos alistando todo para acostarnos a  dormir;  me encontraba sola en esa habitación, cuando de manera repentina una mujer contemporánea mía apareció, juraba ser mi amiga aunque realmente no la conocía ni la había visto en la vida, se me hizo un poco raro pero no le presté atención, 

charlamos como si realmente lleváramos una linda amistad; sin embargo de un momento a otro la noté un poco rara…chorreaban sangre sus brazos, su piel se volvió más pálida, su mirada se tornó de otra forma hacia mi, así que comencé a distanciarme disimuladamente pero ella se acercaba cada vez más… mis familiares no entendían nada de lo que estaba pasando y yo no quería contarles lo que realmente estaba sucediendo.

No sabía ¿que debía hacer? ni ¿como alejarla de mi hogar? por tanto se me ocurrió decirle que salgamos un rato a caminar a lo que ella volviendo a su estado normal aceptó sonriendo alegremente. así pues, le pedí permiso a mi mamá y me dijo que bueno con la condición de que no nos demoráramos tanto ni fuéramos muy lejos, sin siquiera sospechar que posiblemente alguna de las dos jamás regresaría… 

salimos del parqueadero, cruzamos la calle, llegamos a la heladería de la esquina, entrecruzamos unas cuantas cuadras más porque habíamos quedado de encontrarnos con un par de amigos en la salchipapería.

íbamos nosotros 4: Camila, José, Alex y yo, rumbo a la casa después de haber comido un delicioso banquete, pensamos que nada pasaría, tan pronto como José se sintió muy mal sin alguna explicación, lo notamos débil, pálido, parecía que hubiera aguantado quien sabe cuantos días sin comer justo después de haber comido pero ni él mismo comprendía que le sucedía, procedió a despedirse y marcharse; solamente quedamos los 3, seguimos caminando tranquilamente.

Luego, en la cuadra siguiente Camila se detuvo en la mitad de la calle mostrándose cabizbaja, desanimada, por ende también nos detuvimos y preguntamos 

– Camila, ¿estás bien?

– ¿Qué está pasando? 

Ella no respondió… desde ahí comenzamos a tener un mal presentimiento, en efecto, algo demasiado malo estaría a punto de suceder, observamos que Camila se retorcía, sus pies volteados de lado  en la misma dirección, todo su pelo enfrente;

Alex y yo nos paralizamos por un breve instante ante lo que acontecía, Camila levantó su cabeza, creímos que nos iba a responder, captamos que sus pupilas eran completamente blancas y que de su boca chorreaba un extraño fluido transparente, no dudamos en salir a correr, Él nunca había visto algo tan aterrador,  en cambio yo por mi parte reconocí que Cami no era una chica normal como aparentaba ser, en pocas palabras, aquella mujer era la entidad que me atormentaba el año pasado consecutivamente intentando atacarme o consumir mi energía.

durante la carrera pasamos por mi casa, pensamos en entrar allí, no contábamos con que tal ente corriera más rápido y siempre estuviera detrás nuestro, no teníamos rumbo fijo, lo único fijo era el objetivo de huir y perderla de vista totalmente, cuando ya no la sentíamos cerca, frenamos en un lugar obscuro y solitario, un césped inmenso y una profunda laguna nos rodeaba, no sabíamos si seguir corriendo sin destino o camuflarnos entre la tiniebla sombría, creíamos que ya no era necesario seguir huyendo, giré a mi alrededor y contemplé que Alex desapareció, estaba completamente sola en medio del pánico y terror. 

Vi un chico apuesto merodeando la zona, quería pedirle ayuda pero percibía que él me trataría de loca sin comprender la situación, no impedí que se fuera, ¡grave error!, detrás de aquel muchacho, iba caminando una señorita, opté por pedirle ayuda a ella, le pregunté quién era y me respondió CAMILA con una enorme sonrisa de punta a punta, su rostro completamente pálido y su mirada emblanquecida… 

Finalmente abrí mis ojos, agradecí a Dios y me tranquilicé porque lo anteriormente sucedido no ocurrió en este plano terrenal pero sí en mi subconsciente mientras dormía plácidamente. 

FIN 

                                                                                              «Mayalessu»