Señora parca,

¿Traes un par de pulmones nuevos en tu saco?

Me cansé mucho la última vez,

sé que has corrido mucho por mí.

Los dioses me criaron con demasiado cariño,

comprendí temprano que lo que me guía es la libertad,

ese concepto manoseado,

pervertido hasta tal grado,

que ahora dicen que ser esclavo es lo bueno,

y todo lo demás es mentira.

Dicen que solo las ovejas blancas pertenecen a los rebaños,

cualquier mancha, cualquier color, es dañino,

y lo peor, por pereza,

todos asienten con la cabeza, ¡qué torpeza!

Siempre vuelvo al pasado para comprender el conjunto completo,

sé que no puedo cambiar nada,

solo quisiera contener las lágrimas que mi tozudez generó,

mirar este presente y saber que, después de todo,

he vivido en libertad,

en armonía con los verdugos de mi amor.

Señora parca,

no camines tan aprisa, que me sofoco

en el camino pedregoso de mis bajezas,

porque aquí no existe el pecado, solo decisiones erradas,

exceso de confianza.

Y sé que me levanto siempre,

pero hoy estoy más cansado que ayer.

También sé que algunos no se levantarán,

que eso de la resiliencia no alcanza para todos, lo he visto.

No bastan las buenas intenciones,

los consejos de los matinales.

Yo creo en la tierra, agreste y sabia.

Nada que tengas necesito,

solo son cosas, lo que busco es invisible,

éteres, colores mágicos.

Es saber que mi existencia llega al final conscientemente,

y que he amado.

Todo esto es libertad,

la vida en evolución.

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