¿Si te lo preguntas?, ¡si!,

si soy el mismo aquel, con quien tal ves quisiste y pudiste sonreír una vez.

Siempre desde las sobras te admiré y siempre te amé, mitigando tu ausencia, con migajas, desde de la imagen de tu perfil.

Tuve que aprender a sujetar a mi corazón y dejarte ir.

¡Presentarme otra vez!

No me animé, no tenía el valor; te estaba amando y no podía soportar verte y no tenerte, me tocó llorar y sufrir.

Por fin me llene de valor y te digo, aquí estoy, soy aquel.

Te encuentro igual, o más linda que ayer.

Y el amor de mi por ti, sigue aquí, pero ya no lastima ni duele, que no te tenga para mi.

Lo puedo decir, porque ahora algo es diferente.

Siempre es amor, creo que estoy madurando, y me alegra verte feliz volando libremente.

Pensé que que tu nombre se extinguiría de mi mente, pero no pudo ser, porque cuando es amor, el amor te mantiene siempre presente.

Sí, soy aquel.

Y siempre canté, Nowell, Nowell.

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