No es justo no escribir en ti todos los días; lo siento. A menudo tiendo a no dejarme llevar por la corriente de mis inquietudes o problemas, porque la gente no piensa que existe una fragilidad. Que cuando dices algo, puedes herir, y esto puede ser de la mejor o peor manera.
Realmente, esta pandemia es algo gratificante para mí. No es que disfrutara mucho salir, pero mi corazón y mi ser están adoloridos. Habría estado mejor no sabiendo nada. Me mortifica el saber que las personas verán eso y se reirán de mí; otros solo lo pasarán por alto y otros me lo dirán.
Me siento como el primer día de clases en plena pandemia. Me dijeron algo que era sinónimo de tonta, solo porque no sabía prender el micrófono y yo no podía escuchar nada. No fue mi culpa, pero así es la sociedad de hoy en día: solo aparece en términos para burlarse, para hablar y compartir. Entre esos grupos, uno se convierte en un nuevo ignorante y la sociedad lo acoge feliz y campante.
Ellos viven de eso. No es la primera vez que recibo una crítica, y me enorgullece decir que puedo lidiar con ello. Solo me engulle cómo personas tan lindas como esa niña, bella de todas las maneras posibles, popular y diversa, pueden ser así. Quizás no era inteligente, pero si algún día quisiera serlo, creo que ella podría lograrlo. Para esa niña que lo es todo por fuera, una vez la conozcas a fondo, encontrarás la verdadera diferencia entre lo bonito y lo bueno. Ella carcome su lengua día a día, esforzándose por hablar mal y olvidándose de que existen personas con sentimientos.
Oh, me pregunto qué pasará con las personas que dedican sus vidas a hacer daño y corrompen la sociedad con un suspiro. Por ahora solo se, que no me deje corromper y que al día de hoy pues me enseñaste como no debo ser.
OPINIONES Y COMENTARIOS