,¿Quién Soy?

¿Quién soy?

Siempre, desde que tengo uso de razón me he preguntado¿Quién soy? Para algunos soy una mujer, otros tal vez dirían mi nombre, otros muy seguramente se referirán a la labor que desempeño. Pero…¿Quién soy?

Incluso escribiendo estas líneas no sé a ciencia cierta quien soy. Sólo sé que soy una mujer, una madre, una abuela, una hija, una hermana, soy la mejor o la peor amiga. Tal vez para los directamente involucrados ( pareja,padres, hijos, nietos, hermanos y amigos ) no soy tan importante ni relevante. Simplemente soy alguien que cumple un rol en la sociedad, que si lo hago bien o mal ya cada quien lo determinará.

Internamente quisiera saber lo que en realidad soy, a que vine a este mundo, cual es mi tarea, cual es el propósito de mi existencia. Mi mente queda en blanco, ni yo misma me puedo responder. Sólo sé que trato cada día de buscar un propósito más allá de respirar, y ocupar un lugar en este planeta.

He ido por la vida cometiendo errores, me caído y me he levantado, me he sacudido el polvo y secado mis lágrimas una y mil veces. He tenido momentos de felicidad, algunos como tatuajes los he pintado en mi corazón, el rostro de mis hijos cuando los vi por vez primera, cuando tuve entre mis brazos sus diminutos y frágiles cuerpos, cada logro, cada triunfo de ellos han sido para mí el combustible que necesito para seguir la marcha.

Recuerdo a mis padres, los llevo en mi corazón y sé que por mis venas ellos están presentes, trato de cumplir con lo que ellos me inculcaron, trato de imitar los buenos ejemplos y de corregir los que a mí parecer no lo fueron. Los momentos compartidos con mis hermanos y demás familiares también ocupan un lugar en mi corazón, momentos felices, ocasiones especiales quedaron grabados en mi mente y un largo y prolongado suspiro añora volver a vivir lo que el tiempo y el destino se llevó.

Las risas y los cuentos jocosos con amigos también hacen parte de aquel cúmulo de recuerdos tallados en el muro de mi corazón. Pero aún así, miro a mi alrededor y me preguntó lo mismo. He sido lo que he podido para los demás, les he proporcionado cuidado, refugio, alegría, enojo, tristeza, pena, he sido amiga, consejera, cuidadora, proveedora para los demás y que tan difícil es reconocer que he sido egoísta conmigo misma cuando me he dado algún pequeño capricho y me he sentido remordimiento, he sentido que no lo merezco. Y de nuevo me asalta aquella voz interior, aquella pregunta retumba y hace eco en mi cabeza.

Me describo a mi misma, físicamente, pero mi yo interior como es, que es lo que quiere lograr, que busca a través de mis experiencias y mi conocimiento, aquella niña interior que espera de mi. Que fácil nos resulta a los seres humanos hablar de nuestros defectos, de nuestros desaciertos y que difícil es encontrar las palabras para exaltar nuestras virtudes, nuestras habilidades y nuestros dones. Nos es más fácil la autocrítica que decirnos a nosotros mismos ¡Que bien, lo lograste! O darnos a nosotros mismos un abrazo y decirnos todo estara bien. Y porque no, llenar de besos nuestro rostro y decirnos eres lo máximo, gracias porque cuento conmigo mismo. Siempre estamos pendientes del que dirán, de la aceptación de los demás, nos sentimos disminuidos cuando alguien desaprueba o critica lo que con esfuerzo y dedicación hemos realizado. Callamos a nuestro yo interior cuando a gritos nos dice hazlo, atrévete, deja el miedo, tú puedes.

Hasta donde yo he enmudecido mi conciencia y he ido en contravía a lo que yo he deseado con fuerza dejándolo solo en un propósito. A veces me siento como veleta al viento, como una pompa de jabón que en cualquier momento se desvanecerá. He dudado de mis capacidades, de los dones que por naturaleza se me dieron y por miedo o ignorancia he dejado a un lado.

Prefiero ocultar mis lágrimas o dejar que la lluvia las borré a reconocer mis tristezas y mis desesperanzas. En ocasiones dibujo sonrisas fingidas, falsas alegorías, hipócritos momentos de paz. Es más cómodo decir “ por lo menos tengo trabajo a decir ” me siento como un esclava desempeñando este trabajo, necesito y puedo hacer algo mejor”. He sido hipócrita conmigo misma tratando de convencerme que todo va bien cuando la realidad es que mi vida está siendo bombardeada por inseguridades, inconformismos y muchos miedos.

Que duró es no saber quién soy pues solo resultó describiendo a la persona y no al ser. Es más fácil mirar por la ventana y creer que todo va bie aunque moralmente en mi interior todo es un caos. Porque no puedo decir NO,¿ acaso es un delito? ¿ Es perverso reconocer la tristeza, el enojo? ¿ Es abominable llorar y gritar para sacar de lo más profundo mi estado depresivo?

Esto es lo que soy, una mujer con conflictos internos y externos, que sólo buscan ser feliz, que quiere y desea lo mejor para si misma, que sueña con lograr grandes cosas y que se le sea reconocida como parte importante en este mundo, que anhela ser amada con todos los demonios que lleva dentro sin ser juzgada y mucho menos sin que quieran cambiarla, soy la fortaleza que muchos esperan, soy ecuanimidad que muchos quieren encontrar, soy un ser humano que siente dolor, tristeza cuando la engañan. Sólo soy una mujer que grita desesperadamente para ser vista, para ser escuchada.

No sé si seré esto, no sé si estoy equivocada pero de lo que si estoy segura es de lo que no soy, no soy heroína, solo soy una mortal con todo lo que esto implica. No soy ni seré una física matemática, pero calculo cada paso que doy así el resultado no sea el esperado. No me verán en los libros de los Récords Guinness pero he luchado mil batallas, donde he salido herida, y me he levantado, no seré la ganadora del nobel de paz pues cada día vivo amando y odiando al mundo entero por todas sus injusticias, no seré la portada de ninguna revista de jet set pues solo soy una habitante más de este mundo, invisible para los seguidores de personajes famosos, tampoco verán de mí un reportaje en las revistas de economía ya que mis finanzas me dejarían en vergüenza ante  cualquier banquero.

Pero tengo dos manos para levantar a aquel que este peor que yo, dos oídos para escuchar atentamente lo que me quiera contar, dos ojos para descubrir belleza en medio de la podredumbre de esta humanidad, una boca para expresar una palabra de aliento o un largo silencio si de ella nada bueno logra salir, dos piernas que me sostienen y que con fuerza soportarían el peso del que no puede caminar, dos manos para secar las lágrimas de aquel que no teme dejarlas ver, y un corazón capaz de amar y guardar en él lo mejor de cada ser humano.

Procuro alimentar mi alma, brindar paz a mi mente en medio de guerras absurdas y conflictos políticos. No soy gestora de paz pues sé que así grité mis inconformidades en contra del sistema nada lograré, pero tal vez logre aportar un grano de arena, empezaré por mi paz mental, mi tranquilidad y haciendo de mis hijos personas útiles, honestas, responsables y felices.

Simplemente SOY LO QUE SOY.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS