Redención.

Que me castiguen por no doblegarme, por no achantarme y por no formar parte del rebaño.

Que me señalen por alejarme, por no claudicar y romper con patrones de hace miles de años.

Si el exilio es lo que me espera, bienvenido sea si eso significa la liberación de una condena. Porque hay puñales que se clavan de la gente que uno menos espera. 

Y sangra, arde y quema cuando en nombre de la familia te sabotean y esperan que aceptes ese daño.

Sé valiente, sé libre, sé fuerte para no ser lo que esperan que seas. Sé mucho más de lo que nadie quería que fueras.

Luz en las tinieblas aunque eso signifique vagar a ciegas hasta encontrar la puerta que nadie supo ver.

No será fácil, nunca lo fue pero algún día dejarás de salir corriendo pues ya has llegado más lejos que cuando solo sabías huir.

Plantarle cara a esos monstruos que uno entierra bajo el jardín lleno de todos esos fantasmas de tantas generaciones, siempre será un camino lleno de espinas.

Puede que llegues a trozos, con el alma hecha pedazos y el corazón lleno de cicatrices. Vale la pena ser tu héroe y salvarte de una maldición que te quita la vida.

Habrán días en los que te toque vivir con el alma porque tu cuerpo no tendrá más fuerzas. Empuja, resiste y no desistas, llegarás al punto de partida aunque siendo otra persona.

Crearás un nuevo cuento, ya no serás el villano, serás a quien le manden flores aunque ya no estés en la tierra. Serás la razón y el motivo de las lágrimas que se reemplazaron por sonrisas en el rostro de otros niños que al igual que tú, nunca tuvieron culpa.