Cuando en mi rostro agotado brillaba al ver al tuyo tranquilo en descanso admire tus rasgos, cada centímetro de tí y aún así tu cuerpo fue lo que menos quise para mí 

lo anhelé por existir, sin eso no viviría tan presente en mi todo lo dicho pequeños anhelos nocturnos, viajes ficticios en dónde crees que abrazaría el Sol si pudiera y tú lo empujarias en el agua 

pequeñas rabietas y malentendidos, desganos de los días pesados que te roban el brillo, desvaríos y huidas ante la incertidumbre de la vida

pequeños bailes o pasos gigantes, cantos desafinados y llenos de energía, tu cabeza inclinada al leer las notas que tocas con tu guitarra y tú voz ahora delicada

pasar cien años escuchandote hablar de cada uno de esos temas que amas, poesía, plantas, animales, manwhas, canciones, series, libros y si no tengo cien años, sentarme un segundo contigo 

atrapaste a este tonto corazón de piedra, que podría decir yo romántico si todo el amor está ya bien escrito

que podría escribir que no sean palabras prestadas, no hay otra forma de amarte más que un instante

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