Esta es la breve metáfora de M y R, dos personas en búsqueda de la felicidad. Dos personas si se puede decir “extrañas”, algo irracionables, llenas de pasión, porque es en lo no razonable de un ser humano donde transpiran los sentimientos. Cuando todo ha de tornarse ligero, normal y corriente, la pasión sigue el mismo cause, apagándose lentamente.
La vida transcurre como un rio sereno, hasta que en un momento se produce una cascada, sacudiéndonos en todos los sentidos, para luego tomar otro rumbo, y así sucesivamente, hasta que desembocamos en el océano para hacernos infinitos y llevar nuestra alma hacia la eternidad.
Así se conocieron ambos, luego de la cascada, cuando todo en sus vidas estaba ordenado y en calma, dando la sensación que se conocían sin conocerse, y entre los dos se sacudieron internamente produciendo infinidad de cascadas de emociones, durante varios años.
Siempre unidos por una fuerza inexplicable, hay quienes la llaman amor, hay quienes la llaman sinergia, el nombre es irrelevante, lo importante es que es, simplemente eso, es. Luego de mucho recorrido el agua del rio se ha mantenido calma, sin asomar una cascada en kilómetros, y es por este motivo quizás, por la normalidad y la falta de pasión irracional y pura, que el mar este cerca para estas dos personas, quienes llevaran su unión en el océano interno de cada uno, para siempre.
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