… y si fuera cierto que la distancia es la única manera de encontrar la paz… y si era cierto el cuento de “un día mejor” y sobre todo de esos recuerdos que saben tanto e ignoran casi todo y que abre la posibilidad de encontrar el rumbo que me saque de un camino sin pensamientos cuerdos y sin sentido, sin un lugar al cual arribar.
-Tomo una, dos, tres tragos de café antes de ver el desfile de sensaciones y comprobar que son ciertas mis afirmaciones:
HOY VOLVÍ, pero encontré que por mucho tiempo utilicé un mecanismo de sobrevivencia para cubrir mis heridas, y vomitar mi pena en mi entorno más cercano y hacer algo para evitarlo, es la tarea más difícil.
HOY VOLVÍ, y también encontré aquí que, todavía existen pequeños sarcasmos que se cuelan tantas veces en las grietas todavía abiertas entre mis historias, como penetrantes dardos inmersos en un pozo hondo del alma. Pero como la memoria es muy engañosa y la tiranía de nuestras palabras pueden ensombrecer un prometedor amanecer, vuelvo a preparar el elixir de mis inquietudes, ese café que está autorizado a desnudar y luego a cubrir tremendas imperfecciones que evidencio a cada paso. -Otro sorbo más y me dejo oír el suspiro más prolongado que emergió desde las entrañas profundas y tantas veces desvelado corazón.
HOY VOLVÍ, disfrazado de un ser humano fatigado pero feliz; que se afana por conseguir todas las posibilidades que habitan dentro de mis confines y a pesar de que este frío me abofetea, y estas gotas de lluvia helada herían mis mejillas rojas por el entumecimiento; el tosco hielo y las afiladas gotas de agua que caían como gujas dispuestas a cortar, éstas parecían transportar en su desbocado camino, amenazantes dolores que se extenderían por tiempo prolongado. Por fin llego a un lugar favorito y grito: -un café por favor! Lugar lleno de gente. -Tres personas al unísono me responden: ¡un momento y le llevamos su favorito!
HOY VOLVÍ, me senté en el lugar que solía hacerlo, y recordé que hubo un tiempo que creí qué, entre peor lucieran los estragos de las heridas que mi alma evidenciara, mucha más compasión tendría de la gente… -qué pérdida de tiempo por Dios-. Hoy, no dejaré que esas imágenes oscuras del alma vuelvan a nublar mi mente, y que yo, ya no sería más el guardián de todos mis secretos. Desde aquí veo un mundo glorioso y que por un breve instante quitó de mí, aunque sea por pequeños y pocos segundos, esa antigua tristeza de mi alma. -El mundo se paró por un momento, al menos eso me pareció y todo acontecía extrañamente cálido y pacífico, y mi ira por un instante fue noqueada por el maravilloso momento.
HOY VOLVÍ, me propuse sacar aquellas cosas que yacían ocultas en las sombras más profundas y que alguna vez me hizo daño. -Ya no habrá esos descansos mentirosos, sin sueño, mientras acontecen en esas noches sin luz; ya no acudiré más a las sombras de la noche para ocultar mi pena. -Tomé un tremendo sorbo más, crucé los brazos y fruncí el ceño al volver a pensar en oscuros episodios que no merecían la pena ponerlos en alto relieve. Mi corazón salió de la clandestinidad, prometiendo no volver a ella por el motivo que fuese; ya no seguiría dando vueltas en medio de espacios opuestos.
HOY VOLVÍ, para decirle al mundo, a quien fuese y a mi sombra, que mi presente si contaba y el futuro no había empezado aún. -Qué buscaría a diario mirar al mundo tan fabuloso, mítico y ambicionado, que siempre esperé. -Sin tambalear por la crisis tan frecuente, pero siempre hambriento de amor. Relajo mis hombros contra una columna, pongo mi celular en modo “espejo” y en el veo mi mirada envuelta en un silencio sepulcral, continua, con esa expresión de ferocidad; pero jamás dejó de sentir esa profunda compasión que me llevó al despeñadero tantas veces.
-VOLVER AQUÍ, esa diminuta palabra resuena en mi mente como una bendición, que llena mis sentidos y todo lo que yo quería.
-mis miedos ya se han desvanecido, se han disuelto casi por completo y creo que todas mis perturbaciones juntas se han mudado muy lejos; dejándome una paz que empiezo a reconocer desde lejos. Dejé escapar un largo suspiro y después otro: -cierro mis ojos, tomo otro lentísimo y prolongado sorbo- y pienso: que estoy convencido que tengo aún en mi interior, escondida en alguna parte, un pequeño y reducido recuerdo que me llena de orgullo y exagerado amor y que más de una vez me hizo suspirar con fuerza.
HOY VOLVÍ, no sé si para quedarme y pelear con todas las contradicciones juntas, a enfrentar esas historias, descubrir cuáles eran ciertas y cuales falsas. Así mañana en medio de todo el crepúsculo de mi vista, flotará esa única y poderosa sensación de exageración y fantasía que me trajo, hoy aquí.
-Mi paso, ya no está apurado; y mi estrés tiene descanso. -No voy en primera fila, tampoco voy relegado, quizás sea por la tranquilidad de saber que HOY VOLVÍ.
Tú Café.
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