CHURROS CON CHOCOLATE

CHURROS CON CHOCOLATE

Raider

31/07/2024

El pasado me atormenta, me asfixia, me aniquila. 

Si pudiera borrar algo de mi mente, sin duda sería aquella tarde gris de un frío invierno, comiendo churros con chocolate en un carrito ambulante aparcado en una esquina solitaria de una calle cuyo nombre prefiero no recordar. 

Unas horas antes, mi tía, única hermana de mi mamá, había fallecido de forma inesperada y trágica. Mi madre había perdido, por segunda ocasión y con solo unos cuantos años de diferencia, a una madre. 

Ella, trataba de ocultar su dolor  pretendiendo disimular las lágrimas que cubrían su rostro, confundiéndose con el aguanieve que caía de forma irreverente y ruin. 

Mis cinco hermanos, mi papá y yo, tiritábamos de frío en silencio, temiendo que cualquier comentario pudiera remover viejos recuerdos. 

Pese a todo ahí estábamos, unidos como familia, afrontando el momento. No podía ser de otra forma, era Nochebuena y algo había que celebrar, aunque, en ese momento, no supiéramos por qué hacerlo. 

Lo que más dolía a mi madre, era no poder estar con su hermana en esos momentos, darle un último adiós. Una orden de aprensión había sido girada contra mis padres por delitos fiscales, por lo que nos encontrábamos prófugos de la justicia. 

Yo tenía, en aquel entonces, ocho años. Era poco más que un chaval; un mocoso sin oficio ni beneficio. No entendía qué pasaba. 

Trataba de mantener mi mente ocupada  mirando cómo, cada churro, era bañado con chocolate caliente con tal parsimonia, que parecía detener el tiempo. 

Los churros eran, hasta ese día, mi pan favorito. A partir de entonces se convirtieron en un detonante que trae a mi memoria aquella triste noche…

Quizás, solo quizás, algún día pueda yo contar la historia completa sin que las lágrimas inunden mis ojos…

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