La trama gira en torno a un grupo de cadetes que enfrentan la brutalidad y la deshumanización dentro de una institución militar que busca imponer disciplina y obediencia a través de la violencia. A través de operación La opresión (la opresión es la presencia de la violencia como medio de imposición de poder y control es evidente, reflejando la opresión sistemática y la deshumanización que experimentan los personajes, especialmente los cadetes en la escuela militar Vargas llosa, 1963, p.24). A continuación, explicará el entorno militar donde se desarrolla la trama, para entender cómo la violencia en la escuela militar refleja la opresión y la deshumanización(La deshumanización se refleja en la forma en que los personajes, especialmente los cadetes, son tratados como objetos o instrumentos de poder en lugar de ser vistos y respetados como seres humanos con dignidad Vargas llosa, 1963, p.32), es necesario analizar el trato degradante hacia los cadetes, los efectos del abuso en su psique y comportamiento, y el ambiente hostil en el que deben sobrevivir. Estos elementos son fundamentales para comprender la trama y el mensaje central de la novela.
La violencia en la escuela militar es un reflejo de la opresión sistemática y la deshumanización de los cadetes, ya que hay tratos degradantes hacia los estudiantes. En esta se presenta el abuso constante, el cual se da en la escuela militar, lo que provoca un impacto profundo en la psique y el comportamiento de los cadetes. Este maltrato, tanto físico como psicológico, deja cicatrices que afectan sus vidas y su percepción de la autoridad y de si mismos. Asimismo, el uso de términos despectivos por parte de los superiores busca deshumanizar a los cadetes y reforzar su subordinación. Palabras como «perro, rata, mierda y gallina» (Vargas Llosa, 1963, p.18, 20, 58, 78) son utilizadas para denigrarlos, haciéndolos sentir inferiores y despojándose de su dignidad. Los oficiales y cadetes de mayor rango ejercen un control absoluto sobre los novatos a través de la violencia física y el miedo. Por ello, los castigos corporales, las palizas y las humillaciones públicas son métodos comunes para mantener la disciplina y el orden, perpetuando un ciclo de opresión y abuso. demás, el trato que pueden ejercer los oficiales hacia los cadetes por su rango, Los oficiales recurren a la violencia física, golpeando a los cadetes por cualquier muestra de incompetencia. También, los insultos y el lanzamiento de piedras son tácticas comunes para humillar y castigar a los estudiantes, reforzando la dominación y el control sobre ellos. El maltrato psicológico es una herramienta poderosa para mantener la sumisión de los cadetes. A pesar que los oficiales utilizan el miedo y la degradación constante para quebrantar el espíritu de los estudiantes, haciéndoles sentir insignificantes y perpetuando un ambiente de terror.
La violencia en la escuela militar es un reflejo de la opresión sistemática y la deshumanización de los cadetes, debido al entorno y el comportamiento de los oficiales. Por consiguiente, el entorno en la escuela militar es extremadamente hostil y competitivo, donde la supervivencia depende de la capacidad de los cadetes para adaptarse y resistir el abuso. «Cómo a la hora del almuerzo luchan por la comida» (Vargas Llosa, 1963, p.56), los de menor rango la pasan peor. Por ello, durante las comidas, los cadetes de menor rango deben luchar por su ración, a menudo enfrentando abusos adicionales por parte de los cadetes superiores. Esta competencia por la comida refleja la brutalidad del entorno y la lucha constante por la supervivencia. Por un lado, los cadetes novatos son víctimas frecuentes de palizas simplemente por su condición de recién llegados. Por otra parte, incapaces de defenderse, deben soportar el maltrato en silencio, lo que refuerza la jerarquía y el ciclo de violencia dentro de la institución. Asimismo, para sobrevivir, los cadetes aceptan el maltrato y la deshumanización como parte de su realidad. Esta aceptación forzada de la brutalidad es una adaptación psicológica a un entorno implacable. Además, el maltrato genera una ira acumulada en los cadetes novatos, quienes, aunque no pueden responder de inmediato, desarrollan un deseo de venganza que perpetúa el ciclo de violencia en la escuela militar,
En conclusión, la violencia presente en la escuela militar es un símbolo claro de la opresión sistemática y la deshumanización que sufren los cadetes. Al analizar la novela de Mario Vargas Llosa, considera que se evidencia cómo la violencia y el abuso en la formación de los jóvenes pueden tener consecuencias devastadoras para la sociedad en su conjunto. Cree firmemente que es crucial seguir debatiendo estos temas en la actualidad, ya que obligan a reflexionar sobre la necesidad urgente de implementar reformas que salvaguarden la dignidad y humanidad de los estudiantes. En este sentido, la crítica de Vargas Llosa a la violencia institucionalizada en «La ciudad y los perros» invita a cuestionar las prácticas vigentes en las instituciones militares y educativas y a buscar la creación de entornos más equitativos y humanos para la formación de los jóvenes.
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