Dos caminos un mismo destino: “El paraíso en la otra esquina” de Mario Vargas Llosa

Dos caminos un mismo destino: “El paraíso en la otra esquina” de Mario Vargas Llosa

Mario Vargas Llosa, escritor, político y periodista. Autor de obras muy importantes de la literatura, toma un rumbo más activista y comprometido a defender a minorías, las cuales son marginadas. Sus novelas sirven como ventana para hacer notar las desigualdades y prejuicios, tratando de persuadir al lector a reflexionar. El interés por tomar este rumbo de lo político-social ha sido clave, además algo muy característico es el tinte autobiográfico que toman sus producciones y las críticas que hacen denuncias hacia la sociedad. Todo se debe a la estancia de Vargas Llosa en Francia, pues fue muy decisivo en su carrera. El tiempo que estuvo allí leyó a escritores franceses que también abordan este rumbo de defender la justicia y hacer visibilizar las minorías. Desarrollando nuevas perspectivas estéticas alrededor de su producción literaria.

“El paraíso en la otra esquina” (2003), se desarrolla entre el siglo XIX y principios del siglo XX, teniendo como protagonistas a Flora Tristán, una mujer activista de carácter fuerte que vivió hasta mediados del siglo XIX. Su nieto Paul Gauguin, un agente de bolsa que renuncia a todo para volverse pintor; convirtiéndose en uno de los más importantes del impresionismo que vivió hasta 1903. Esteban (2003) señala que: “esta novela, aunque carece de fuerza narrativa, lo compensa con la destreza en la narración y el poder de conectar sucesos en distintas épocas”. La novela se divide en secciones cortas, pero interesantes a la vez, y la forma en la que ambos relatos se intercalan es muy entretenida e impresionante. Los capítulos con números pares cuentan la vida de Paul Gauguin y los impares tratan sobre Flora Tristán. Los temas que tocan a lo largo de sus historias se centra en el amor, pero también se narra algunos de superación, engaños, felicidad, discriminaciones, etc. Algo muy propio del autor, como el siguiente fragmento:

Llegaste a Arequipa y sobreviviste. En tus actuales condiciones físicas, habrías muerto en aquel desierto y sido enterrada como ese joven estudiante, cuya tumba en su tosca cruz de madera fue el único signo de presencia humana en el trayecto lunar de dos días a caballo entre el puerto de Islay y los majestuosos volcanes de la ciudad Blanca. (Vargas Llosa, 2003, p. 146)

En primer lugar, de acuerdo al fragmento, ha emprendido un viaje a través del desierto para llegar a Arequipa y que en el trayecto del mismo sufrió algunas dificultades que hubieran sido fatales. Inclusive nos presenta un ejemplo para saber más o menos lo que le podría haber pasado. Pero aun así ella se lanzó a la aventura. Además, se presenta una situación temeraria, en la que la protagonista podría haber tenido un trágico final. El hecho de viajar a través del desierto suena algo aterrador y peligroso, porque es un lugar desolado en el cual no hay recursos de donde poder abastecerse. Salir, viajar y más aún sin compañía a través de este gigante de arena es algo muy intrépido que podría no siempre resultar muy bien, tal y como mencionan sobre el caso del joven estudiante. Por lo que, se puede decir que la protagonista es una chica intrépida y muy decidida, que a pesar de haber sido peligroso emprender el viaje ella sola, no se dejó vencer. Con esto no se trata de decir que nos lancemos a la aventura sin pensar, sino que, usando al desierto como una metáfora (pudiendo representar un problema), no nos rindamos y seamos perseverantes. Pero, ¿es necesario salir a la aventura, aunque sea peligroso? El hecho de salir a enfrentar el mundo por nuestra propia cuenta implica de muchos riesgos y sacrificios, dejando atrás muchas amistades, familia y hasta algunos amoríos:

¿No te arrepentías de haber abandonado así a la tierna Olympia, Florita? No. Era tu deber actuar como lo hiciste. Redimir a los explotados, unir a los obreros, conseguir la igualdad para las mujeres, hacer justicia a las víctimas de este mundo tan mal hecho, era más importante que el egoísmo maravilloso amor, que esa indiferencia suprema hacia el prójimo en que a una sumía el placer. El único sentimiento que ahora tenía cabida en tu vida era el amor a la humanidad. (Vargas Llosa, 2003, p. 260)

A pesar de que Flora quería estar al lado de Olympia, ambas sabían que ella (Flora) tenía que irse para pelear por la igualdad de las personas marginadas. Las mujeres durante esa época eran unas de las que combatían por conseguir un lugar en la sociedad y que se les respete, por lo que Flora debía ayudar. Siendo ella la que luche por la igualdad de los demás, dejando a quien amaba para poder cumplir con su misión. El tiempo en el que ella vivía existían muchas personas que eran violentadas y alguien debía hacer algo y levantar la voz diciendo: ¡ya basta! Por lo que, ella decidió tomar las riendas, pero a costo de no poder estar con la persona que amaba. Siendo así que se plantea un gran dilema, teniendo que escoger entre tu felicidad o la de otros, y dejando atrás a alguien muy apreciado para ti y luchar por la libertad de todos. Los tiempos aquellos eran difíciles, Flora se enfrentó a distintos retos e hi varios sacrificios, el amor que de ella por la humanidad era más grande que el que sentía por Olympia y por eso tuvo que dejarla para cumplir con el deber que tenía y nada ni nadie podía hacerla cambiar de opinión. Mostrando que a veces es necesario sacrificar nuestra propia felicidad para luchar por un bien mayor. Siendo así que los prejuicios eran muy presentes en esa época, pero en tiempos actuales lo sigue siendo, mostrando que algunas cosas siguen igual:

– No me llamo así— contestó él, trémulo, rompiendo en un sollozo—. Les mentí para hacerle un bien a ella. La persona que más he querido en este mundo.

– ¿Quién es usted? —preguntó Elisa Lemonnier.

– Mi nombre no interesa— dijo el hombre, con voz impregnada de sufrimiento y amargura—. Ella me conocía por un feo apodo, con el que me ridiculizaban entonces las gentes de esta ciudad: el Eunuco Divino. Pueden ustedes reírse de mí, cuando les dé la espalda. (Vargas Llosa, 2003, p. 302)

El hombre que se muestra al parecer perdió a una chica que le gustaba lo que le causa sufrimiento, a esto se le suma el hecho de que le hayan puesto un sobrenombre que le provocaba inseguridad y enojo, ya que no le agradaba. Más aún, porque quien le gustaba lo conocía de esa forma, sufriendo de burlas. Dicho lo anterior, los sobrenombres a veces tienden a ser inofensivos para quienes se les pone. Esto porque al principio es algo gracioso, pero puede ir escalando hasta llegar a usarse como burla hacia una persona. Causando algún tipo de desánimo. En el fragmento se menciona algo que es muy común, los apodos o sobrenombres a simple vista pueden parecer inocentes y al principio quizás lo sean, pero cuando esto ya se usa de manera recurrente, es momento de detenerse y no seguir llamando a alguien así solo por diversión o costumbre. Otro problema muy recurrente en la producción del escritor son los casos de corrupción y abuso de poder:

No solo la enfermedad de nombre impronunciable se fue agravando a pasos rápidos desde el inicio del año 1903. También, la pugna de Paul con la autoridad, personificada en el gendarme Jean-Paul Claverie, se fue envenenando y enredándote en un dédalo legal. Al extremo de que, un buen día, comprendiste que Ben Varney y Ky Dong no exageraban: al paso que iban las cosas, terminarías en la cárcel y con todos tus escasos bienes confiscados. (Vargas Llosa, 2003, p. 306)

Paul luego de haber cometido varios errores poco a poco se iba resolviendo y la justicia iba llegando, por lo que tarde o temprano la cárcel lo esperaría y perdería cada bien que tenía en su posesión y pagaría por todos los crímenes que había cometido. Algo que claro no es ajeno a la realidad, ya que en el mundo existen criminales que ejecutan actos delictivos, no reciben su merecido y las autoridades son indiferentes frente a estas acciones, dejándose manipular y convencer. En el fragmento se nos muestra que a pesar de obtener todo, no significa que lo vamos a tener siempre, más aún si proviene de malas acciones. Por lo que, es necesario trabajar duro para conseguir lo que tanto anhelamos, en lugar de tomar el camino más fácil. La solución más rápida no siempre es la mejor y eso nos queda claro en el fragmento mostrado.

Para finalizar, “El paraíso de la otra esquina” es una novela entretenida y llena de muchos mensajes. Las historias y tramas narradas a lo largo del trayecto hacen que el espectador se quede fascinado de como el autor ha podido entrelazar historias que suceden en diferentes épocas, ya que al principio uno puede pensar que no tienen ninguna relación más que abuela y nieto. Los protagonistas en su viaje por descubrir quiénes son, luchar por sus principios éticos y morales y buscar la aceptación, hace que los lectores puedan identificarse con los personajes. Aunque también cabe mencionar que hay algunos baches por el camino al momento de contar sus historias y quedando unas que otras inconclusas. Pero, al ser una creación del reconocido escritor, no es de esperarse que dentro de sus hojas estén llenas de mensajes de lucha a favor de las minorías, doctrinas sociales y políticas, junto con un gran cocimiento sobre el arte del siglo XIX.

Referencias:

Vargas Llosa, M., (2003). El Paraíso en la otra esquina. Alfaguara.

Esteban, A., (2003, mayo 13). El Paraíso en la otra esquina. Aceprensa.

https://www.aceprensa.com/resenas-libros/el-para-so-en-la-otra-esquina/



URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS