Siete cielos.

Siete cielos.

AndreaAG

13/07/2024

Así como un estruendo de un relámpago, vivo entre la fina línea de la locura y la cordura. Evitando manzanas podridas que me lleven al pecado. Que levante la mano quién no haya caído en él. Soy humana, más animal que persona, en momentos en los que pierdo el control. Que me juzgue aquel que aún no ha lanzado la piedra. ¿Será que vemos solo en el ojo ajeno? ¿Será que me exijo más allá de las capacidades de mi existencia? Póngase mis zapatos e intente saborear lo que mi alma lleva a cuestas. Le aseguro que en ella se hallan más infiernos que milagros prometidos en alguno de los siete cielos. No soy judas, mas tampoco soy dios. Me quiebro, me recompongo y sigo andando como si nunca nada me hubiera roto en mil pedazos. Tengo esa ciega terquedad de disimular que caminé por los tuburbios del infierno mucho antes que Lucifer. Y por obra de algo a quien nadie aún puede ponerle nombre, sigo brillando, con una luz que no cesa. Una luz que se propaga, que se vuelve inmensa, en medio de un anochecer. Quizás la búsqueda de la tierra prometida se torna para mí una odisea que me embriaga con una lucha incesante. Ando como un lobo enfurecido buscando paz en un mundo de guerra, caos y fanatismo. Sin hallar victoria, sin esperar que ese sea el fin. Es el abismo que me muestra muchas más verdades que quedarme en algún lugar donde me siento a salvo. No ansío la redención, sino la pureza del amor hacia la vida que nos brinda una oportunidad más cada vez que creemos que es la última. Quiero morir viviendo, quiero amarme incluso en esas veces en las que no crea que me lo merezco. Aún cuando mi reflejo me dé la espalda y no sepa encontrarme en el espejo. Abrazar esas partes que de mí niego. Volverme verdugo y ya nunca más ser juez, pues ya he cumplido las mil condenas. Mi alma ya no debe rendirle cuenta a esas cadenas que por mucho tiempo formaron parte de mi ser.

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