EL ARTE de morir

EL ARTE de morir

Pasajera #15

12/07/2024

EL ARTE DE

Morir

Muchas veces me he preguntado cual ha sido el propósito de mi existencia. Porque tuve que llegar a este plano terrenal y no en otro como muy seguramente existen en este vasto universo.

Observo todo lo que me rodea, y me cuestiono de donde proviene el nombre de cada animal, de cada cosa que coexiste en esta dimensión. Me intriga saber que ocurre mientras duermo, que otros extraños mundos visito mientras mi cuerpo yace plácidamente en mi cama.

Se dice que mientras dormimos viajamos fuera de nuestro cuerpo y a esto lo llamamos sueños. ¿Soñamos o entramos a la realidad? ¿Es esta vida una ilusión? Y si estoy en un universo paralelo y aún mi conciencia no lo ha detectado?

Bueno, y si ¿todo esto es un espejismo? entonces porque temerle a la  muerte, yo creo que no tememos a nuestro óbito sino a la forma como hemos de morir. Se cree que aquel que encuentra la culminación de su existencia mientras duerme a sido justo en la vida y a trascendido con tranquilidad. Pero igual creo que aquel que pierde la vida de forma fatal no siente dolor en ese último instante. Más  a lo que realmente le tenemos pánico es a perder a un ser querido. No queremos bajo ninguna circunstancia sentir el dolor de la ausencia, sentir el vacío que ese ser dejará en nuestra vida.

El ciclo de la vida no termina, solo abandonamos la envoltura del alma. Pero… ¿que será lo último que escucharé? ¿ Que será lo último que veré? O mejor aún cual será el último recuerdo que tendrán de mí. Por momentos me pregunto si estoy preparada tanto para partir como par aceptar la partida de un ser querido. Hasta donde mi condición humana es egoísta y no acepta el destino.

Tenemos la convicción de que los hijos entierran a los padres porque nos han inculcado que ese es el orden del la vida pero nadie nos prepara para el trascender de un hijo. No hay un manual, una guía. No se nos prepara para la muerte, lo cual es absurdo pues es lo único que tenemos seguro. Desde el momento en que somos concebidos empezamos a morir. Algunos más temprano otros más tarde, entonces ¿porqué hablar de este tema se convierte en un tabú?. Muchos seres parten de este mundo y dejan secretos, obras inconclusas, deseos que jamás fueron expresados. Es ahí, es en ese momento en que deberíamos  empezar a preparamos y a preparar a nuestros allegados para el desenlace triste pero seguro. Creemos que hablar de ello es invocar o adelantar tal suceso y no es así. Cuantos problemas le ahorraríamos a esos que decimos amar si dejaramos en orden todos los pendientes; cuentas por cubrir, deudas por reclamar, bienes que repartir, fortunas que heredar. No importa que nada se posea, pero aclarar como desea que se lleve a cabo su funeral, ¿acaso ese no es también un derecho?

A veces dejo volar mi imaginación, y me preguntó si un hijo trascendiera ¿ Que haría? ¿Cómo llevaría mi duelo y mi dolor? Porque aún el más erudito sentirá aflicción tras la partida de un hijo, de sus padres o de sus parejas. Pero no muere quien deja de vivir sino aquel que es sacado del corazón y es refundido en la memoria de sus parientes.

Se necesita valor para vivir dicen, pero no, se necesita valor para morir. He ahí la diferencia. Aquellos cuyas conciencias están manchadas por fallas y errores creen que no son merecedores del perdón divino, otro tanto solo son buenos frente a los ojos de los demás pero en secreto sus faltas son peores. Atesoran riquezas, se llenan de avaricia, viven llenos de envidia, sufren por el apego al dinero y por todo lo que consiguen en vida y su alma se convierte en guardián de tesoros que sólo sirven para atrasar su evolución. Rondan sus casas, sufren al ver como su familia derrocha el dinero que con esfuerzo consiguió en vida. Atormentan a quienes habitan sus casas. Esa alma sufre al no poder poseer nada, al no poder expresar su sentir, al no poder revelar el secreto que se fue con él a la tumba.

Morir es un arte, morir es dar pinceladas desde que nacemos, es moldear aquel momento. Morir es una melodía suave y tranquila, es crear una obra. Es escribir un poema, es simplemente empezar a vivir. No siento miedo de morir, siento miedo es de caer en el olvido, no me atormenta dejar este plano, lo que me agobia es dejar malos recuerdos. No siento pena dejar este mundo, siento angustia de no haber ayudado lo suficiente, no sufro por lo que dejaré sino por lo que deje de aprender.

Aquí se quedará todo lo material y solo me llevaré la experiencia, el amor, y mis creencias. De lo que si estoy segura es que no seré un fantasma errante, espantando en casas vacías, no seré guardián de riquezas ni seré un espectro que empiece a deambular por caminos oscuros.

Sólo seré un alma en busca del camino y de la luz y me dejaré guiar iré por el sendero que mis obras terrenales hayan asegurado según corresponda. Esperaré pacientemente el momento en que de nuevo mi rueda comience a moverse, con nuevos espacios y nuevas experiencias.

Derramaré lágrimas cuando el desconsuelo toque mi puerta, cuando sienta el frío de la ausencia, recordaré con amor a aquel que por destino partió, lanzaré sus cenizas al cosmos, pero conservaré sus enseñanzas. Y si es posible que con su muerte logré extenderle la vida a alguien, sentiré que la obra está culminada y alguien más llevará la pincelada de sus ojos, los trazos de su corazón. Será sentir que aquel ser amado ahora habita en fragmentos dispersos generando vida.

Morir simplemente es un arte…

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