LAS SOMBRAS QUE DEJÓ LA VECINA: SOLEDAD EN LAS TRISTES QUERELLAS EN LA VIEJA QUINTA DE JULIO RAMÓN RIBEYRO

LAS SOMBRAS QUE DEJÓ LA VECINA: SOLEDAD EN LAS TRISTES QUERELLAS EN LA VIEJA QUINTA DE JULIO RAMÓN RIBEYRO

«Tristes querellas en la vieja quinta» es una obra maestra de la narrativa breve del escritor peruano Julio Ramón Ribeyro, publicada en 1977. Ambientada en la Lima de mediados del siglo XX. 

La obra explora temas universales como la soledad, la convivencia y la resistencia al cambio, utilizando recursos narrativos como las descripciones detalladas, los diálogos concisos y los monólogos interiores. Ribeyro nos invita a reflexionar sobre la condición humana y la importancia de la conexión humana en un mundo a veces hostil.

La historia gira en torno a las vidas entrelazadas de los residentes de una quinta, destacando sus luchas y aspiraciones. La historia profundiza en las dinámicas sociales y los conflictos ambientales, ofreciendo una mirada introspectiva a las relaciones humanas. Los protagonistas, Memo y Pancha, representan las fuerzas opuestas y complementarias dentro de la comunidad. A través de sus interacciones, el autor revela la complejidad de los personajes y su convivencia.

La literatura es un reflejo de la condición humana, y en ella, los temas de soledad y aislamiento se han explorado con gran profundidad, revelando las complejidades del alma humana. Julio Ramón Ribeyro, con su maestría narrativa, nos sumerge en la vida de Memo, un personaje cuya existencia se despliega en el lienzo de la introspección y la reflexión. 

         ‘Sin parientes y sin amigos, ocupaba sus largos días en menudas tareas…’ (Ribeyro, 1974, párr. 3)

Es una frase que encapsula la esencia de su soledad, un estado que lo confina a un mundo donde la trivialidad de las tareas diarias se convierte en su única compañía. A través de esta lente, Ribeyro nos invita a contemplar la vida de Memo, no como una serie de eventos aislados, sino como un mosaico de momentos que, aunque impregnados de desolación, también ofrecen un vistazo de la naturaleza humana y su capacidad para enfrentar y transformar la soledad en algo más significativo.

La soledad de Memo, lejos de ser un mero accidente de su circunstancia, se presenta como un desafío existencial, una oportunidad para que el personaje, y por ende el lector, reflexione sobre el significado de la conexión y la comunidad. La cita refleja no solo la soledad y el aislamiento que experimenta Memo, sino también la posibilidad inherente de cambio y crecimiento. La falta de conexiones sociales lo empuja a recluirse en su propio mundo, pero también plantea la pregunta: ¿Cómo podría Memo, o cualquier individuo en su situación, romper este ciclo de soledad y abrirse a nuevas experiencias y conexiones? Esta interrogante no solo resalta la importancia de las conexiones humanas en la vida de una persona, sino que también sugiere que la existencia monótona y vacía de Memo, marcada por la repetición de tareas triviales, no es un destino ineludible, sino un estado del cual es posible escapar.

En este contexto, la imagen de Memo ocupando sus días en tareas triviales se convierte en un símbolo de una vida sin relaciones significativas, un estado de aislamiento emocional que, aunque desafiante, también es reversible. La narrativa de Ribeyro, rica en matices y simbolismos, nos ofrece la posibilidad de entender la soledad no como un abismo insuperable, sino como un espacio de potencial transformación personal y colectiva. 

La soledad es una sombra que, a menudo, camina silenciosamente al lado de cada persona, pero en la vida de algunos, se convierte en la única compañera constante, un reflejo de la ineludible mortalidad que todos enfrentamos. 

              «Sabía que dentro de diez o veinte años tendría que morirse y solo, además, como había vivido                       solo desde que desapareció su madre.» (Ribeyro, 1974, párr. 4)

La cita nos sumerge en la realidad de un hombre cuya existencia se ha entrelazado con la soledad desde la pérdida de un ser querido. Su vida, marcada por la ausencia, se ha convertido en un lienzo donde cada pincelada de tiempo añade profundidad a su aislamiento. Este hombre, consciente de su destino, vive con la certeza de que su final será un eco de su presente: solo. La tristeza y la resignación no son solo emociones pasajeras, sino compañeras fieles que han aceptado la soledad como su destino hasta el último suspiro. Sin embargo, la desaparición de su madre no tiene por qué ser una cadena perpetua a su soledad. La reflexión sobre su mortalidad y la sensación de soledad que lo envuelve desde ese adiós materno nos invita a preguntarnos: ¿Está realmente atrapado en este destino, o es que se resiste a explorar otras alternativas que podrían llenar su vida de nuevas conexiones?

La carga emocional que lleva es significativa, revelando no solo la inevitabilidad de la muerte, sino también el peso de una soledad autoimpuesta. La pérdida de su madre ha dejado una huella indeleble, pero también plantea la cuestión de si esta soledad es una elección inconsciente. Esto nos desafía a considerar el impacto emocional de la pérdida y cómo puede influir en la forma en que enfrentamos nuestra propia mortalidad y soledad.

En la vastedad de un mundo donde la libertad es el bien más preciado, hay historias que resuenan con la melancolía de los espíritus quebrantados por el peso de las cadenas invisibles. La historia de un viejo pájaro, cuya vida se ha desplegado bajo la sombra alargada de la cautividad, nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de la libertad y el impacto del encierro en el alma.

«El viejo pájaro sin embargo no se había ido muy lejos. Su larga cautividad lo había despojado de toda veleidad libertaria y había terminado por recalar en la rama de un ficus vecino.» (Ribeyro,1974, párr.47)

Este pasaje no solo captura la resignación de una criatura que ha conocido los límites de su jaula, sino que también refleja un eco más profundo de nuestra propia existencia. La libertad, un concepto tan vasto como el cielo abierto, se convierte en un anhelo distante para aquellos que han sido privados de ella. El pájaro, una vez señor de los cielos, ahora encuentra consuelo en la proximidad de su antiguo confinamiento, un testimonio silencioso de cómo el encierro puede moldear el deseo y la voluntad. A través de su experiencia, nos preguntamos: ¿Hasta qué punto el cautiverio afecta no solo el estado físico sino también el psicológico de los seres vivos? ¿Es posible que, como el pájaro, los seres humanos también pierdan el interés por la libertad cuando se enfrentan a sus propias jaulas, sean estas reales o metafóricas?

La elección de permanecer cerca de lo familiar, incluso cuando las puertas de la jaula están abiertas, es un fenómeno que trasciende las especies. Nos enfrentamos a la realidad de que, en la búsqueda de compañía o en el intento de llenar un vacío, a menudo ignoramos las necesidades y deseos de los demás, incluidos los animales. Este acto de proyección revela una verdad incómoda sobre nuestra naturaleza: en el intento de evitar nuestra soledad, podemos imponerla inadvertidamente a otros.

Este pasaje nos lleva a un autoanálisis más profundo, donde vemos que la libertad y la soledad son dos caras de la misma moneda, y que nuestras acciones pueden liberarnos o limitarnos no solo a nosotros mismos, sino también a quienes nos rodean. En última instancia, nos desafía a considerar cómo nuestras propias «jaulas» afectan nuestra capacidad de vivir plenamente y conectarnos con el mundo que nos rodea.

La soledad puede ser un lienzo en blanco, una oportunidad para el autorretrato de la introspección y el crecimiento personal. En la quietud de un cuarto silencioso, donde las grietas de la vida se hacen más evidentes, se encuentra un hombre que ha elegido el retiro sobre la compañía, la reflexión sobre el bullicio de la existencia cotidiana. En la obra se puede encontrar un relato que nos dice:

«Y desde entonces lo vimos más solterón y solitario que nunca. Se aburría en su cuarto silencioso, adonde habían terminado por llegar las grietas de la pieza vecina.» (Ribeyro,1974, párr. 64)

Dichas palabras nos sumergen en la realidad de un hombre cuya vida se ha visto ensombrecida por la ausencia, un vacío que se extiende más allá de las paredes de su morada y se adentra en los recovecos de su alma.

La soledad, a menudo vista como una maldición, puede también ser un crisol para el crecimiento personal, un estado que, aunque impuesto por circunstancias desgarradoras, ofrece un terreno fértil para la introspección y la transformación. La pérdida de un ser querido es un golpe que resuena a través del tiempo, pero también es un recordatorio de que la vida, con su incesante fluir, ofrece la promesa de renovación y redescubrimiento, entonces, ¿Cómo podría este personaje aprovechar este período de soledad para su crecimiento personal?

Esta interrogante no solo desafía al personaje, sino que también invita al lector a contemplar la dualidad de la soledad: como una sombra que oscurece y como un espacio de posibilidad. En la quietud de su cuarto, donde las grietas se convierten en metáforas de su propia fractura interna, existe la oportunidad de reconstruirse, de llenar el vacío con nuevas perspectivas y experiencias. La imagen de una persona retirándose de la sociedad puede evocar una vida de monotonía, pero también puede ser un refugio seguro para sanar y reflexionar. El cuarto silencioso, un santuario de tranquilidad, puede ser tanto un refugio como una prisión.

La obra ‘Las tristes querellas en la vieja quinta’, escrita por Julio Ramón Ribeyro, nos sumerge en una narrativa que captura la esencia de la vida en una quinta envejecida. El autor nos muestra cómo los cambios en la sociedad pueden afectar a los individuos que la habitan. A través de la vida de Memo, uno de los personajes principales, Ribeyro logra transmitir una sensación de nostalgia y resistencia al cambio, además, de poder entender y simpatizar con su situación a pesar de su vida aparentemente monótona. El lector puede percibir la tranquilidad y la rutina de la vida en la quinta, que se ve alterada con la llegada de Doña Pancha, la vecina.

Ribeyro utiliza un lenguaje descriptivo y evocador para sumergir al lector en la atmósfera de la quinta y sus alrededores. Uno de los aspectos más destacados de la obra es la habilidad del autor para crear personajes profundos y memorables. La descripción detallada de la quinta y su transformación a lo largo del tiempo añade profundidad a la narrativa. Aunque la obra es rica en detalles y simbolismo, algunos lectores pueden encontrar la trama un poco lenta. La falta de acción puede ser vista como un aspecto negativo para aquellos que prefieren historias más dinámicas. Sin embargo, no deja de ser una obra que destaca por su introspección y crítica social, ofreciendo una mirada contemplativa sobre la vejez y la soledad. ‘Las tristes querellas en la vieja quinta’ es una obra que cumple con sus objetivos y ofrece una reflexión significativa sobre la vida, el tiempo y el cambio. A pesar de su ritmo pausado, la obra es efectiva en su intento de retratar temas como la soledad, la convivencia y la resistencia al cambio.

La obra ‘Las tristes querellas en la vieja quinta’ deja una impresión duradera de melancolía y reflexión. Ribeyro, con maestría, logra transmitir la sensación de pérdida y el cambio inevitable que acompaña al progreso y la modernidad. La historia de Memo se convierte en un espejo de la vida misma, llena de rutinas y sorpresas inesperadas. Definitivamente, recomendaría este libro a aquellos lectores que aprecian la literatura que explora la condición humana y los cambios sociales. Es una lectura que invita a la introspección y ofrece una perspectiva única sobre la vejez y la adaptación al cambio. Esta obra posee un gran mérito literario, no solo por su riqueza en el desarrollo de personajes y ambientación, sino también por su habilidad para abordar temas universales con una voz distintiva y conmovedora. La obra tiene el potencial de impactar profundamente a sus lectores, provocando una reflexión sobre sus propias vidas y la sociedad en la que viven. Además, inspirará a los lectores a valorar la simplicidad y encontrar belleza en las etapas de la vida que a menudo se pasan por alto. En resumen, ‘Las tristes querellas en la vieja quinta’ es una obra que resuena con temas atemporales y ofrece una experiencia literaria enriquecedora.

REFERENCIAS:

Jara, D.(2017,30 de Junio).Comentario Literario de Tristes querellas en una vieja quinta. De todo un poco.https://detodounpocoenelcoar.blogspot.com/2017/06/comentario-literario-de-tristes.html

El Buen Librero. (19 de noviembre de 2021). Déjame que te cuento: «Tristes querellas en la vieja quinta» de Ribeyro [Archivo de video].YouTube.

Dominguez, V. y Kajatt, M. (17 de Septiembre de 2014). Tristes Querellas en la vieja quinta. Prezi https://prezi.com/r5n7hlof85mj/tristes-querellas-en-la-vieja-quinta/

AUTORES:

 Ronald Gianpier Zevallos Marcos

Gabriela Saldaña Miller

Anjali Nicol Rosales Roncal

Leon Ramos Jeissen

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS