LA MARRAQUETA

LA MARRAQUETA

pame

05/07/2024

Estacionó a dos cuadras, intentando que nadie la viera, medía sus pasos y observaba atentamente su entorno, en un absurdo comportamiento. Deslizó sus manos a lo largo de la falda, entre los delicados pliegues, sintió la presión de la faja que pujaba por explotar a través de la ropa. Un punzazo en las costillas, le recordó su pecado capital preferido. 

Oía la voz de su madre muy cerca, taladrando su cerebro, un picoteo constante, sintió enrojecer su rostro, mientras se acercaba a la entrada de la panadería. Soledad  saludó alegremente, la toca y el delantal inmaculados, ella  chequeó que nadie percibiera aquel gesto incriminatorio

– La marraqueta, ¿verdad? – asintió mecánicamente y se arrepintió al instante de aquello. La mujer desapareció unos instantes, regresó con una bolsa de papel, escapaba el vaporcito del pan recién horneado de ella, la boca se le hizo agua. En cuanto lo recibió, escarbó, sacando un trozo; cálido, crujiente, oloroso. La mujer le tendió entonces otra bolsa, con cuatro piezas más de pan, apenas tibio.

Caminó hasta el auto, se comió el contenido de la primera bolsa, a tarascones, desesperada, disfrutando cada bocado con placer culpable. Luego arrancó el auto.

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