La hora del pan

La hora del pan

Nat

06/07/2024

Amaso, distraída, ignorante. La masa comienza a magnetizarme. De a poco me empiezo a olvidar de los cuarenta grados del verano, de la hora, del enojo. En cada movimiento una especie de amnesia me va limpiando. La masa empieza a levarse de todos mis excesos.
Amaso por ritual. Amaso con desquite, con regocijo. Amaso por el orgullo materno de ver los bollitos crecer. Amaso, porque cuando amaso, todo lo que es demasiado relevante, me deja de importar. Porque pierdo conexión con el espacio tiempo. Porque me gusta más el olor a levadura saliendo del horno, que el pan. Porque mi vanidad crece cuando la miga es esponjosa. Porque tengo algo para compartir. Amaso porque más allá de amasar, encuentro paz y alegría, riqueza en lo simple. Amaso y me libero, convirtiéndome en un espacio enorme, despojándome de todos mis excesos y de repente… pum! Las mejores ideas del mundo llegan a mí, me entusiasmo, amaso mejor. Amaso contenta, amaso amando. Siento todas las posibilidades de la vida.
Hasta que amasando me doy cuenta de que nunca fui una, que desde que empecé a amasar comenzamos una danza, la masa y yo. Trascendimos nuestros potenciales y crecimos, juntas. Hasta convertirnos en algo más. 

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