No hay peor sentimiento que sentirse acorralado, estar obligado y asustado. Todo en un mismo segundo, genera pánico y miedo del futuro.
¿Y si pasa? ¿Si no pasa? ¿Puede pasarme? ¿Es real?
Tantas preguntas, tantas situaciones. Estar al pendiente de lo que podría pasar, pensar en el como de cada situación.
Todo por una petición.
Que loco ¿no?
A veces por temor cedemos a muchas cosas, pero todos tenemos un límite del cual no siempre queremos pasar.
Es verdad, existe él no. Pero, ¿alguna vez tu mismo has respetado esto?
Es complicado cuando se trata de algo serio, no sabes qué decir. A veces por miedo no te niegas, pero, después te arrepientes de no hablar a tiempo.
Después todo se vuelve a tu contra. Te tachan con muchas etiquetas. Al final del día no eres quien creías ser. ¿Soy bueno? ¿Así de malo soy? ¿Por qué me dicen esto? ¿De verdad soy eso?
Tantas preguntas y sin una respuesta, siempre hay confusiones. ¿Soy lo que ellos dicen o soy lo que yo creo ser?
Hace mucho que me perdí, a veces pretendo ser alguien, pero, algo pasa y pierdo la esperanza de encontrar mi ser.
A veces sería más fácil que el mundo no diera etiquetas.
Sería más fácil no prestar atención a esas ofensas.
Pero, el mundo es superficial, una vez tienes un nombre, te pondrán sobrenombres.
Inclusive aquellos a quienes más amas.
Detesto no ser por lo que hora soy, y desearía ser lo que no soy.
Parte de mí dice que no es real, que yo soy la gran persona que creo ser. Pero por otro lado, veo lo malo, lo mal que me he portado y lo que la gente me ha plantado.
«Estoy decepcionado, molestas, nunca haces algo bien, siempre respondes con grosería, así no te querrán».
Eso duele, duele más cuando es alguien a quien idólatras, cuando es alguien a quien amas.
Duele más cuando es alguien por quien tú darías la vida.
Ahí es cuando vuelve a pasar, vuelves a pensar, recuerdas esos momentos, en el frío de las baldosas, ese frío que sientes cuando miras al techo. Recuerdas ese momento en el que, tal vez ya nada importaba.
Luego, piensas en el ahora. Piensas en quienes te han lastimado, quienes te han hecho sentir lo peor. Y ya no sabes si vale la pena o no, no sabes si es mejor caminar por el puente o caer de él.
No sabes nada, a veces, ni siquiera sientes algo.
¿Es necesario tocar fondo para tomar una decisión? ¿Es necesario sentir culpa cuando son ellos quienes deberían dar una disculpa?
Esto es un mundo sin definir, está es la línea de arena qué desaparece con el viento.
El límite se sobrepasa y así puede iniciar el camino a Helheim, y siempre recordarás que un viaje como este jamás tiene retorno.
OPINIONES Y COMENTARIOS