Cuando vas a comprar
el pan de cada día,
te subes al camión
por esa lejanía.
.
Ni modo de irte caminando,
el trayecto te cansaría,
por eso sin pensarlo,
a el te subirías.
.
Y luego ese camión que pasa,
siempre lleno a reventar,
no te queda mas remedio
que tenerlo que tomar.
.
Y ya cuando por fin llega,
y si es que logras subir,
es cuando te das cuenta
de como la vas a sufrir.
.
En medio está un viejo pelado,
que siempre se te pone atrás
y ahí te esta esperando
cuando vayas a pasar.
.
Y en esos movimientos
que siempre hace el camión,
siempre los aprovecha
para darte un arrimón.
.
Que viejo tan pelado,
que no te deja en paz
y tu que se la mientas
y ni así se hace para atrás.
.
Y ya cuando te sientas
tu crees que terminó,
y es cuando se te arrima
como un pervertido mirón.
.
La vista no te quita,
te quiere desnudar
y siempre que se mueve
se quiere restregar.
.
Te arrima el camarón
cuando el camión enfrena,
quisieras tu gritarle
pero eso te da pena.
.
Prefieres aguantarte
y dices resignada:
yo aquí voy a bajarme,
y no a pasado nada.
.
Ya cuando te estas bajando,
volteas y se la mientas,
y muy tranquilo dice:
nos vemos a la vuelta.
.
Te bajas enojada
por que te pasaste de mensa,
pero para la próxima
le metes su cachetada.
.
Veras como no se te vuelve arrimar,
ni a verte desamparada,
y dedicarle una buena mentada
viejo jijo de la tiznada
.
Y ya lo único que te queda,
que ya llegaste por el pan,
aunque a ver si lo disfrutas
por todo lo que pasaste con ese gañan.
.
Hoy tenia que escribir del pan,
pero no supe como hacerlo,
me salieron estos versos
y no puedo creerlo.
.
Una disculpa,
tenia que ser en prosa,
pero no traía inspiración,
así que escribí cualquier cosa.
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