Pan y Literatura.

Pan y Literatura.

Roberto Ulaje

02/07/2024

Escribo esto, simultáneamente pienso en los pasos que nos llevaban a mi abuela y a mi por la calle hacia el expendió de pan. Especialmente en días lluviosos como hoy, porque había que proteger la bolsa de papel estraza abrazándola contra uno, el calor del pan recién horneado era tan confortable como las manos arrugadas y blandas de la abuela.

Crecí, me fui y escribí cuentos, poemas, novelas de cien páginas, ensayos y lo hice sobre servilletas, manteles desechables de las cafeterías, en cuadernos de cuadricula o de hojas blancas, tecleé en mi maquina Olivetti cientos de palabras que describían a los personajes terribles y hermosos de mi infancia.

Mi condición de poeta maldito me ayudo a sobrevivir la cotidianidad de una vida absolutamente maravillosa atestiguando como se consumieron hasta desaparecer cafeterías  de hace 50 años con sus terrazas llenas de fumadores, bancas en los parques, calles empedradas, esquinas con farolas, árboles gigantescos, rostros y voces , en tanto que en la patria mi abuela también se consumió y desapareció. Deje de escribir así como se deja de amar.

El tiempo se estira como masa, los anhelos se fermentan, un día tienes dientes para morder esas hogazas y otro día debes mojar tu trozo en la leche o el café.

¿Qué será de aquel tipo que me amagaba con cuchillo en la esquina, cuando yo volvía de comprar el pan? ¿Dónde están los diminutos cristales de azúcar que mi abuela sacudía de sus manos cuando comía cuernitos o bigotes? ¿Quién estará a la mesa de aquel café donde nos sentábamos a mirarnos por horas y a zamparnos todos los panes que nos ponían enfrente? Me convertí en un escritor ágrafo limitado a contemplar la caída de las hojas , la caída sobre sus rodillas de mi chico que su primer palabra fue pan y  la segunda Mamá, hoy tiene 15 y gradualmente ya  me transformo en el otro, el enemigo, el adulto y no quiere nada con uno, de igual manera siempre fui el extranjero, el peregrino, el vagabundo , hoy ya no combato mas con el mundo ni con los ideales de ninguno, tengo memorias, manías, vicios y mi modesta biblioteca con la cual hago Tik Toks de 7 segundos publicando fragmentos de literatura con la intención de sacar a alguien mas del abismo igual que un día yo salí y ser parte de la resistencia, la resistencia una minora culta e infravalorada; así como a los Detectives Salvajes de Bolaño les bastaba su torta de jamón, así a mi me basta una baguette de masa madre y una botella de vino tinto dentro de mi hielera Coleman para presenciar el paso de los días, para imaginar futuros.

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