En un lugar con pastos verdes, colinas que hacían parecer que tocaban las nubes, caudaloso rio cristalino, de vientos suaves que recorren por tal paisaje llenado de aire fresco toda la viña. Donde la gente de este lugar era de un corazón piadoso y noble ahí vivía un hombre llamado Ludwig, que se caracterizaba por poseer una estatura imponente, un rostro atractivo, inteligencia privilegiada, piropeador de labia fina con un encanto y coquetería singular. Rodeado de una familia maravillosa que conformaban su esposa Beatriz y su única hija Valery las cuales gozaban de una belleza única y de un corazón sin encono ni maldad, el oficio que se desarrollaba aquí era la siembra y cosecha de hortalizas, frutales y tubérculos además la crianza de ánimas como ganado, ovejas, caballos, aves de corral, etc. El señor Ludwig tenía una obsesión por los caballos por lo cual cabalgaba casi todos los días recorriendo los paisajes de tan acogedor lugar, salía siempre por las tardes en Antares su caballo preferido quien era de un color negro carbón, llegaba hasta las colinas para apreciar el atardecer.

Cierto día al llegar a la colina como de costumbre se dio con la sorpresa que no se hallaba solo , a tal lugar habían llegado gente extraña con herramientas nuevas y bastante ruidosas que perturbaban aquel silencia tan apaciguador, parecían estar talando el cerro. Estos señores extraños eran mineros quien estaban en la etapa de exploración en muy poco tiempo se procedería a empezar con la explotación minera. Los mineros se presentaron en un tono amable diciendo que su llegada traería bienestar social y una muy buena reactivación económica que además se convocaría a reuniones muy seguidas para saber cual es la voluntad del pueblo, los habitantes de este lugar en su desconocimiento del caos que traían con ellos acogieron a los extraños brindándoles alojamiento y comida permitiéndoles que se quedaran todo el tiempo que creyesen conveniente, así pues aquellos mineros salían muy temprano y llegaban muy tarde se pasaban todo el día haciendo agujeros en la colina. Ludwig y su familia miraban con fisgoneo las actividades que se desarrollaban en aquella colina, pronto los mineros necesitaron de más personal así que hablaron con la gente de este lugar para ofrecerles un puesto de trabajo para tal fin, pero la gente que iba regresaba muy pronto ya que consideraban que era un oficio aburrido y baste fuerte. Los mineros trajeron entonces gente de fuera así que cada vez este lugar tierno y acogedor se llenaba de gente extraña. Había pasado dos meses de la llegada de los Mineros, él encargado citó a la primera reunión comunal donde asistieron toda la población.

Uno de los ingenieros sacó un plano para después explicarles en unos términos apresurados y haciendo uso de un lenguaje bástate ilustrado, de manera que la gente entendía poco o nada de los planes que tenían para ellos, los mineros ya se habían dado cuenta que la gente de este lugar eran vaste pasibles y de buen corazón lo cual les daba ventaja para aprovecharse y cumplir mejor sus objetivos, al finalizar la primera reunión la gente aplaudía con simpatía al ingeniero que pronunciaba un histórico discurso, después de esto prosiguieron a retirarse y continuar con sus labores. Habría pasado no mas de seis meses cuando una mañana Ludwig estaba frente al primer episodio inhumano que se puede cometer, su fiel y más querido compañero Antares estaba tendido con la cabeza dentro del rio, el agua cubría totalmente la cabeza y parte de sus patas delanteras, tal acontecimiento macabro empezaba a divulgarse por toda la viña, la pregunta de todos era ¿cuál fue el causante

de tal hecho? Mientras tanto Ludwin.

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