Cuándo ya no tenga que mirar atrás
cuándo ya, en mis ojos descanse la verdad
construiré gaviotas de madera
y las precipitaré a volar.
Batirán sus alas con su dulce brisa
sobre los afectados vértices de mi piel
y me asiré ..si, me asiré
a su avance en el camino.
Viviré en el lugar que quiero estar
aunque me convierta en una prolongada sombra
deformada, muda, sigilosa
como bruma fina envolvente.
Con un ansia y anhelo infinito
con dulce delicadeza que no se explica
aunque pasen los eternos años,
apenas recordando mi nombre
Este viento, este.. lo rememorará
con un leve suspiro e tu hermoso corazón
ese aliento, que vino al mundo
en aquel retrato de verano.
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