LA NOCHE DE SAN JUAN
Saltar siete veces la hoguera traía buena suerte, y espantaba a los malos espíritus. Este es un sueño como la vida misma, un sueño de una noche de verano, desarrollado en los últimos deseos de la imaginación. Vivir siempre con los seres queridos, y no pasar penurias.
En esta noche tan especial, volverán a volar las brujas, los portales de los seres místicos se abrirán, volverá la tradición y el mito y el sueño, la fuerza de la vida. No en vano, la vida es ese sueño que avanza por los caminos, y regresa al alba, y vuelve nuevamente.
Cuando se inicia el solsticio de verano, en ese momento empezamos a concebir la posibilidad de todo lo imposible, y el propio miedo de la vida nos hace libres para gozar del bello sueño de una noche de verano.
La llama del fuego devora la vida
Y el agua da el privilegio de retener el miedo
Aumenta el misterio, aumenta el enredo,
Pero nada se muere mientras no se olvida.
Se acaba la noche resplandece el día
Todo pasa y queda según el criterio,
Se acaba el embrujo, se acaba el misterio,
Vuelan los seres, y las secuelas de la fantasía.
El solsticio, el agua y el fuego se reconcentran
La historia repite los hechos
El sueño clama todos los secretos
De esa mágica noche, noche de San Juan.
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