Se sentía culpable, ella conocía los alcances de ese par de rufianes y de lo que eran capaces de llegar a hacer, más en ese momento, guardaba la esperanza de que se portaran como caballeros. Tan solo subió a su habitación a colocarse unos zarcillos y perfumarse un poco; pero el silencio que invadió la casa la alertó, bajó las escaleras con la mano en el pecho, pues era consciente de que entre más callados estaban más peligrosos eran; nada de lo vivido hasta ahora la había preparado para este momento, lo que vio quedaría por siempre grabado en su memoria. La hermosa mesa decorada con flores ya no existía, el inmaculado mantel blanco había sido mancillado por la exquisita comida que tardó horas en cocinar, todo su esfuerzo y dedicación para brindar una inolvidable cena pasó a ser un triste recuerdo.
Y ahí en silencio estaban los gemelos, cada uno con un baguette estropeado en su mano; al parecer se les hizo divertido golpearse en la cabeza, hacerla de espadachines y sostener una justa con ellos; lo de la mesa había sido un daño colateral, pues no tenían la intención de que el enfrentamiento llegara a esas dimensiones; eso fue lo que dijeron; sin embargo, los restos de comida en sus manos, en su ropa, en su cara, en su cabello, incluso en las paredes y muebles, indicaban que ahí se había librado un despiadado duelo con baguettes.
Pensó en cancelar, pero a esa hora ya todos estaban camino a su cita. Quiso romper en llanto, pero esto arruinaría su maquillaje, no contaba con el tiempo suficiente para componerse y limpiar el desastre; fue así como la reunión se trasladó al jardín; una improvisada mesa repleta de comida a domicilio, vino y cerveza sacaron a flote la situación.
Si contar con diez años fue suficiente para crear ese caos, también sería suficiente para arreglarlo; los gemelos tuvieron que quedarse adentro limpiando todo cuanto ensuciaron y armar unos emparedados con los pedazos buenos de baguette que quedaron para cenar, mientras su madre disfrutaba de una inolvidable noche sin dejar de vigilarlos desde afuera.
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