¿Sabías tú que en Chile se come alrededor de 90 kilos anuales de pan por cada habitante? En este país abundan las diferentes formas de prepararlo. El pan se hace con manteca, con agua, con harina de trigo, con zapallo, con huevo. El pan chileno no se hace con leche, pero si es que lo hacen se convierte en queque. El pan chileno se puede encontrar de diferentes formas: está el amasado, la dobladita, hallulla, frica, churrasca, tortilla al rescoldo, pero la que se lleva el nombre de “pan chileno” es la marraqueta. También está la sopaipilla que se puede hacer con o sin zapallo y se come sola o acompañada con chancaca o pebre. En el peor de los casos, los jóvenes se la comen con kétchup.

El pan chileno se come con palta. A la palta (o aguacate) se le echa una pizca de sal y ya está. A veces se le pone mantequilla que se derrite con el calor del pan. Sin embargo, los comensales que verdaderamente están hambrientos a veces le agregan una pizca de picante, como un merquén de Temuco, para que se les llene el estómago. El pan chileno se sirve caliente, recién salido del horno: “¡Ah que rico, está calientito!”.

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