Cuscurro volandero

Cuscurro volandero

El aire de levante alborotaba todo aquello que quisiera permanecer en su sitio. Un gorrioncillo saltarín alternaba con una paloma la tarea de picotear un mendrugo de pan, y antes de que pudieran dar cuenta del festín, el viento arrastró el cuscurro que rodando fue a parar cerca de un hormiguero. Más pronto que tarde, el panecillo estaba rodeado de un concienzudo ejército negro de hormigas dispuestas a transportarlo. 

Pero, el trocito de pan siguió volando y cayó en el hocico de un perro dormido que correteó tras él sin demasiado entusiasmo.

El aire de levante seguía soplando, y el mendrugo volvió a rodar hasta llenar el plato vacío de una familia que dormía bajo el puente. La madre sorprendida casi llora de alegría, y amorosa colocó el plato delante de su niño pequeño. Pero el chaval abrió los ojos emocionado, cogió el pan y se fue corriendo hacia el río, ¡por fin tenía algo para darle de comer a los peces!

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