El niño se acerco y me pregunto ¿Esta todo bien te noto algo triste?…
Al principio la pregunta me molesto bastante, pero en poco tiempo noté que el niño estaba solo por lo cual no pude evitar preguntarle ¿Dónde están tus padres?
Con una mirada como el cristal sus ojos rompieron en una pequeña gota de lagrima e inclinando la cabeza respondía a mi pregunta…
— Están lejos de casa.
Lo primero que pensé es que estarían muertos y que había hecho llorar un niño, con una simple pregunta, pero ¿no sé por qué?, de a un momento a otro con una mano le toque la cabeza, como señal de que todo estaría bien. El niño tras ver mi gesto se limpio las lagrimas con el antebrazo levanto de nuevo la mirada, con la voz firme se dirigió a mi diciendo…
— Se que están bien.
De un momento a otro mis dudas incrementaron con preguntas a un mas diversas de los padres del niño, pero un nudo en la garganta me impedía responderle, solo pude retirar la mano de la su cabeza, admirando la mirada del niño, en ese mismo momento se acerco una joven de cabello obscuro con ojos del mismo color, portando un vestido azul, con sandalias cafés. El ambiente cambio tras su llegada, pero ella tal vez no se daba cuenta.
— ¿Por qué soltaste mi mano? ¿Acaso no te dije que te quedaras junto a mí?, fueron las primeras palabras que escuché de ella.
El niño al escuchar su voz volteo en la brevedad posible, con alegría y un temor en sus gestos contesto con un grito…
— HERMANAAAAAA!
Rápidamente corrió a ella, la tomo por la cintura con un gran abrazo y levantando de nuevo la mirada le sonrió diciendo…
— No fe mi intención perderme, te solté la mano y no te pude encontrar así que comencé a buscarte por todo el parque y encontré a este muchacho (Volteando a ver al joven y con un gesto de confusión) por cierto ¿Cuál es tu nombre?
Ambos me miraban fijamente a lo cual conteste…
— Damián, ese es mi nombre
Como si no hubiera pasado nada el niño replico…
— Me encontraba con mi amigo Dan.
La joven se comenzó a reír, de un momento a otro abrazo al niño, para después dejarlo ir. Enseguida dejaron de abrazarse, ella susurro unas palabras al oído del niño las cuales no pude escuchar, al terminar esas palabras solo vi como él se retiraba de nuestro lado con una sonrisa.
— Disculpa las molestias Dan, nuca pasa esto cuando salimos de paseo. Pronuncio ella mientras me miraba a los ojos.
No pude hacer nada mas que por instinto responder…
— No te preocupes (Incluso la voz me temblaba)
Sutilmente sonrió aun mirándome a los ojos, siguiendo de esa sonrisa las siguientes palabras…
— Gustas tomar asiento para conversar.
Solo pude responderle…
— Si, con gusto.
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