La importancia de tener figuras paternas en la niñez

En el vasto océano de la infancia, donde las olas de la imaginación y la curiosidad chocan contra las orillas de la realidad, se alza un resplandor. No es una torre de piedra, sino una presencia: la figura paterna, cuya luz guía a los niños a través de las aguas turbulentas de la vida.

En el  los sentimientos, donde los corazones jóvenes son tan frágiles como las alas de una mariposa, el brillo resplandece con calidez. Su luz es el abrazo que consuela, la risa que resuena en las paredes de la memoria, formando el refugio seguro donde la confianza florece.

Aqui los padres muestra el camino de la conducta y la cortesía. Los niños, como pequeños imitadores, observan y aprenden. Los niños serán y actuarán como los padres, ya que ellos aprenden de ellos como un espejo, todos los valores, virtudes y actitudes se graban como tinta en libros en su pequeño cerebro almacenando información.

Para los niños es importante tener una figura paterna ya que actúan como una rama de un rosal, florecen si tiene los cuidados necesarios y si tienen a su progenitor a su lado, en cambio si carecen de ello, pueden no ser lo que debieron ser, cambia su forma de vivir y pensar, agarran cierto odio a sus orígenes y van amargados en la vida, algunos son fríos y tristes, decaídos como girasol sin su sol.

Los padres son un faro constante que iluminan con mucho fulgor el camino de los hijos hasta que ellos poco a poco va creando su propia aura de luz.