“Entre Sombra y Susurros»

En las sombras de la noche, donde los susurros del viento se mezclan con los latidos del corazón que ha sido lástima, se oculta la historia de una mujer marcada por el dolor y la locura. Ella es como una sombra que acecha en la oscuridad, una presencia que congela el alma con su mirada vacía y su sed de venganza. 

Su nombre es Valeria, una mujer cuya infancia fue un laberinto de tormento y desesperación. Desde temprana edad, fue testigo de los estragos del alcoholismo de su padre, quien se sumergía en la botella como si fuera su único refugio en un mundo que tan mal lo había tratado. Los gritos, los golpes, las noches interminables de llanto se convirtieron en lo más desgarrador en su vida. El trauma de su infancia se penetro en lo más profundo de su ser, regando la semilla de la locura que crecía en su interior. Cada vez que cerraba los ojos, revivía los momentos de terror, sintiendo el peso aplastante de la impotencia y la desesperación.

Pero a medida que Valeria se sumerge en su búsqueda de venganza, un sentimiento de culpa comienza a emerger desde lo más profundo de su ser. Aunque inicialmente se siente justificada en su sed de justicia, comienza a cuestionar el precio de sus acciones y las consecuencias devastadoras que han dejado a su paso. Los rostros de aquellos alcohólicos a los que ha privado de la vida la persiguen en sus sueños, recordándole el costo humano de su sed de venganza.

Sus manos, una vez inocentes y testigos, se convirtieron en instrumentos de muerte, su mente, se retorció de locura. Cada vida que se extinguía a su paso era una venganza silenciosa por los años de sufrimiento, una forma de expiar los pecados de su padre y reclamar su propia libertad.

Valeria nunca pudo escapar completamente de los demonios que la atormentaban. Cada susurro del viento, cada sombra en la pared, le recordaba el precio de su locura, el precio de su venganza. Y mientras el mundo seguía girando en su caos y dolor, ella permanecía atrapada en la prisión de su propia mente. A medida que la oscuridad la consume, el arrepentimiento se filtra en su corazón, transformando su sed de venganza en un doloroso reconocimiento de sus propios errores. Sin embargo, incluso en su arrepentimiento, Valeria se enfrenta a la realidad de que algunos pecados no pueden ser borrados, y algunas heridas nunca sanarán.

-Yolet Ramírez 

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