«Agatha y las Guardianas del Bosque»

El cielo se veía nublado pero tranquilo. Es temporada de lluvia así que es normal este tono grisáceo en el ambiente, de hecho, Agatha sentía que ese tono era el que cubría su vida estos últimos meses, pero por alguna extraña razón en el bosque se sentía diferente, al morir sus padres le dejaron la casa de vacaciones, era una pequeña cabaña en medio del bosque frente a un lago tranquilo, Agatha siempre se sintió muy conectada con ese lugar, en su infancia solía decirle a su papá que los arboles le hablaban, era un lindo juego. Pero con la situación actual lo único que buscaba el mudarse a ese lugar era estar sola y por ende tranquila, ya no quería saber nada de hombre, nada de amigos o de la gente en general. tenía algunas cosas por reparar y limpiar, pero nada que lleve demasiado tiempo. Alguna vez le habían dicho que en ese bosque habitaban brujas, pero no esas que les enseñan a los niños para asustarlos, ella alguna vez las vio durante sus juegos con su padre, eran mujeres conectadas con la naturaleza, sanadoras y que no se metían con nadie , misteriosas pero nunca les tuvo miedo, una vez cuando su padre la perdió de vista una de estas “brujas” la ayudo a volver a su casa no sin antes sanas una pequeña herida que tenia en la pierna. Agatha le conto a su padre y el solo le dijo que tenía una imaginación muy grande y ella con los años lo olvido casi por completo, era extraño, pero después de eso, esa cabaña la llenaba de tranquilidad.
En su primera noche sola las pesadillas que había estado teniendo antes de la medicación volvieron, despertó en medio de la noche gritando y con el corazón a mil, sus padres muertos en la cocina no son una imagen poco traumática, sus pies estaban fríos, sus manos temblaban y el corazón se le salía del pecho. Decidió bajar a la cocina por un poco de agua, no sabía si era la falta de medicación o el miedo de estar en un lugar nuevo, pero sentía miradas por todos lados, como si los mismos arboles tuvieran ojos, pero no la veían como un lobo acechando a su presa en la oscuridad. Era más bien como si sus gritos los hubieran alertado, se asemejaba a la sensación de ver a su madre preocuparse por ella después de una caída, definitivamente era paz y era extraño ya que tenia mucho tiempo sin sentirla.
Al día siguiente, por la mañana despertó con el canto de las aves, se asomo por la ventana para ver a varios pequeñitos emplumados revoloteando por allí, el clima era excelente el sol salía y el cielo era totalmente despejado con un poco de viento que se sentía fresco. Después de unos minutos volvió a sentirse observada y a lo lejos entre la maleza noto una sombra extraña que desapareció misteriosamente. Eso era extraño no debía haber gente cerca de su propiedad, no se Asustó, pero aun así decidió bajar y caminar por el bosque, conocía los senderos pues su padre le había mostrado maneras de volver segura.
Camino por un bello sendero, pero las cosas comenzaron a volverse turbias, recordó que estaba sola y el miedo la invadió. Estoy sola, siempre lo estoy, no quiero seguir así. Se repetía a si misma mientas una intensa neblina comenzaba a extenderse alrededor de ella, recordaba a sus padres , podía verlos en todos lados con caras retorcidas y llenas de furia contra ella , escuchaba sus voces susurrándole y poco a poco esos susurros se transformaron en gritos que le decían- no hay nada mas para ti en este lugar, no lo intentes no eres nadie, estas sola porque nadie quiere estar contigo acaba con esto de una buena vez- en ese momento se dio cuenta que tenia una mochila y en ella había una cuerda lo bastante fuerte para soportarla si encontraba el árbol adecuado, las voces de sus padres la incitaban a hacerlo, no podía soportar un segundo mas la soledad, amarro la cuerda a un árbol con ramas fuertes y antes de dejar ganar a la voces vio un pequeño destello azul que desapareció un momento y volvió a surgir, este destello decía su nombre con una voz pequeña casi inaudible- Agatha- no era el viento o sonidos del bosque, claramente le hablaba a ella y disipo las malas voces. Agatha decidió seguir la pequeña luz, pero esta comenzó a ir más rápido, Agatha corrió tras de ella se dio cuenta que sus zapatos no la dejaban correr así que se los quito, sintió el pasto y las raíces como parte de sí misma. Se atoro con una rama un poco débil que desgarro su suéter y así mientras corría cada vez más cerca del corazón del boque se fue desprendiendo de sus objetos materiales que la conectaban a un mundo superficial que la había dejado sola y le había hecho tanto daño en ese momento comenzó a escuchar como si más personas corrieran detrás de ella, como si la animaran a seguir, se sintió libre y serena a pesar de no saber que o quien la seguía estaba acompañada, al fin no estaba sola. Agatha grito – ¿quién eres? – y unas voces femeninas contestaron – soy tu amiga-. Agatha sonrió y siguió hasta llegar aun claro en el bosque donde Su pequeña guía se detuvo y se desvaneció como una melodía que se desvanece en el silencio. Al levantar la vista vio a unas mujeres, todas sonrientes tomadas de las manos formando un circulo, pero con un espacio que claramente era para que ella se uniera. No tuvo que decir ni una palabra y ellas tampoco lo hicieron y solo se unió a ellas sintiendo una conexión instantánea con aquellas mujeres. En ese momento, todas las heridas de su pasado, todos los traumas y la soledad que había experimentado, se disiparon. Por primera vez en mucho tiempo, se sintió completa. Mientras bailaba junto a aquellas mujeres vio a sus padres, pero esa visión no tenia nada que ver con la última que había tenido, sus padres estaban viéndola sonrientes, alegres y bailaban junto a ella. Agatha tomo esto como si ellos le hubieran dado su bendición para quedarse. La chica se convirtió en una de ellas, aprendiendo los secretos antiguos del bosque y la magia que lo habitaba. Aunque el mundo exterior seguía girando ajeno a su existencia, ella había encontrado un hogar entre las sombras del bosque, donde la soledad ya no tenía poder sobre ella. Y así, entre risas y susurros en la noche, las brujas continuaron su eterno baile en el corazón del bosque, guardando sus misterios de aquellos que no podían comprenderlo.
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