Te extraño, pero no sé qué extraño. No sé si te extraño a ti o extraño estar contigo, pero te extraño. No hubo más lugares que tu cama, que tu cuarto, que cada rincón de tu casa en donde nos envolvíamos y éramos uno.

Extraño los lugares que prometimos ir y no fuimos por estar en nuestro lugar favorito: nuestros cuerpos desnudos. Te extraño o extraño reírnos juntos después de cada beso, quisiera decir «dulce beso», pero entonces no mentiré y diré «cada salvaje y pasional beso», beso que se describe tan bien en el capítulo 7 de «Rayuela», ¡Bendito seas Julio Cortázar!. Y entonces viene ese recuerdo a mi mente, me leíste ese capitulo después de reclamarme como tuya.

Y entonces te extraño o extraño las conversaciones que teníamos después de acelerar nuestros corazones y pensar que esto era amor. Mi alma lloraba porque quería que fuésemos más y no solo fingiéramos ser más.

Me preocupa, me preocupas porque fumabas y fumabas marihuana. Fumabas cuando estaba yo desnuda en tu cuarto deseando ser besada. Fumabas antes de irnos a dormir y fumabas después de levantarnos a la madrugada a besarnos y abrazarnos como si nos amáramos o amáramos la pasión que existía entre nosotros. Fumabas tus problemas mientras tus ojos, tus hermosos ojos, estaban tristes todo el tiempo.

¿Pero entonces te extraño o extraño? ¿Nos engañamos o me engañaste? No entiendo si lo que querías era amor o era pasión. Y entonces ya no te extraño o sí te extraño.

En mi cabeza solo pasa esto: ¿tú y yo qué fuimos? Y entonces confieso que fuimos fugaces momentos pasionales. Y “Mundo tú” se destruyó porque decidió dejar de girar alrededor del sol que eras tú.

-Freydis Zabat-

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