Habla tú reflejo (copia)

Habla tú reflejo (copia)

ANGEL LOPEZ NIETO

07/06/2024

Un día, en el anochecer, un hombre cansado llega a su casa. Cansado del duro trabajo, come, se baña y, preparando una taza de café para una noche de desvelo y trabajo, se sienta para empezar sus pendientes. Horas y horas haciendo sus tareas, cansado de esta vida, de no aprovecharla, luego de horas de arduo esfuerzo, termina y está listo para dormir. Se lava los dientes, voltea el espejo y ve un brillo singular en su reflejo. Sin darle importancia y cansado, decide ir a su cama a descansar.

Al caminar por su casa, siente una soledad, un vacío. Llegando a su cuarto, se quita los zapatos, pero siente una sensación extraña. Voltea y vuelve a ver ese brillo en el espejo de su cuarto. Extrañado, se acerca a él. Sin ver nada raro, por fin se acuesta a dormir. En su sueño logra ver una silueta negra, que está inmóvil, pero él siente que conoce esa silueta. Sin más, despierta. Es un nuevo día. Se alista para ir a trabajar. Ve el espejo de su cuarto y del baño y siente la misma sensación, no de miedo, más bien de vacío. Sin más, se va a trabajar. Otro día pesado, más trabajo y otra noche de desvelo. 

Regresando a su casa, siente una sensación, y cada que pasa por espejos o objetos que reflejan, ve la misma silueta negra. No le da miedo, y aún con esa silueta tan cerca de él, se siente ese vacío eterno. Llegando a su casa, repite la misma rutina de cada día. Entre pensamientos y pensamientos, entra en ansiedad y estrés de tener una vida demasiado monótona, muy repetitiva. Entre lágrimas, ve hacia el baño y ve el mismo reflejo. Estresado y harto, decide ver qué es. Enfrente del espejo, ve que el espejo no lo está reflejando. Retrocede confundido, pero de a poco una imagen se muestra en el espejo. Trata de darle forma.

¡Un destello sale del espejo! Cuando vuelve a abrir los ojos, ve que el espejo muestra su reflejo, pero este no hace lo mismo que él. El reflejo tiene una sonrisa tranquila y él tiene una cara asustada. El reflejo le habla, tratándolo de tranquilizar:

—Yo entiendo tus problemas, tú y yo nos conocemos. Siempre he sido tu único testigo, tu único amigo. Yo digo lo que es y no lo que quieres escuchar, porque yo no puedo mentir. Yo puedo ver a través de ti, soy el único que te mira a los ojos, el único que está contigo cuando estás solo.

El hombre asustado le pregunta qué es, obteniendo una breve respuesta:

—Soy tu reflejo, un reflejo que vive y siente lo que tú sientes, tu verdadera forma, la única persona que está contigo, el que necesitas cuando más estás mal. Yo soy como tú y tú eres como yo, y así será hasta el final de tu existencia.

El hombre, un poco más calmado, le dice que no necesita a nadie, que está bien solo.

¡Otro destello sale del espejo! Y vuelve a ser el mismo reflejo ordinario de siempre. El hombre le habla, sin obtener respuesta, y decide irse a dormir creyendo que todo había sido una alucinación por el cansancio. En su sueño, vuelve a ver la silueta negra y le grita que se aleje de él, que no le temía. La silueta desaparece y aparece detrás de él, alzando los brazos. El hombre despierta asustado, viendo que ya se le hacía tarde para ir al trabajo, y decide irse, repitiendo la misma rutina de siempre. Pero en el baño se queda viendo el espejo, esperando que algo pasara, pero no ocurre nada. En sus sueños, la silueta negra ya no aparece.

Días y días ocurriendo la misma situación del trabajo y los desvelos. No aparece el reflejo ni la silueta, como si solo haya sido un mal sueño.

Un día, más frustrado de que todos los días es lo mismo, se rompe por completo. En la sala escucha que algo se quebró y vuelve a ver el reflejo en el baño. Lentamente va a ver qué sucede y ve el espejo roto. De repente, sale el mismo brillo de aquel día, volviendo a ver su reflejo quebrado. Sin que el hombre pudiera decir una sola palabra, el reflejo habla:

—Por más que necesites o sientas que estás mejor solo, tú nunca estás solo. Estaré yo, tu reflejo, el único que se quedará. Yo soy el que vive tus experiencias, yo te escucho, yo te veo y sé cuándo traes problemas y cuándo vas por más. Acéptate tal cual eres y vive la vida que deseaste vivir algún día. Eres joven y tienes mucho que vivir. Yo no puedo aceptar ni rechazar, y hay ocasiones en las que ni yo quisiera vivir lo que vives. Soy tan real como tú. Mírame, estoy acá. Puedes cambiar lo que ves.

Apareciendo su rostro cansado, con ojeras, el hombre poco a poco, escuchando las palabras del reflejo, entiende que solo ha desperdiciado su vida, pero sabe que es joven. Después de tanto tiempo, una leve sonrisa sale, decidiendo que mejorará su vida, cambiará su vida monótona. El reflejo, callado, sonríe y, poco a poco, el espejo se repara solo. Cuando ya no hay ni una grieta, sale el mismo brillo. Pero esta vez, el hombre entra en sus sueños y ve la silueta con los brazos alzados. El hombre sonríe y abraza la sombra, sabiendo que tenía que hacerlo. Una sonrisa grande sale de la silueta, y poco a poco esa sombra se esfuma, saliendo el hombre cansado, con ojeras en la cara, pero con una sonrisa enorme. Los dos hombres se juntan y un brillo aparece.

El hombre despierta con una sonrisa, descansado y limpio de la cara, sintiéndose aliviado y decidido. Renuncia a su trabajo y, luego de mucho tiempo, vuelve a ver la vida de colores.

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