Las rosas te vieron florecer , pero yo sentí tus espinas y me quedé.
Te vi brillar más que el sol, y anochecer los días, y aún así me quedé
Vi cuando apareció tu primer rocío, fuiste contra la corriente y le hiciste daño al viento, y aún así me quedé.
Te preguntarás, ¿por qué sigo aquí? Mi bien.
Así como opacaste a las flores, enseñaste a la luna a estar llena, al viento ir en contra de la marea, a la lluvia sonreír y al cielo a vivir; enseñaste a un alma soñar, a unos ojos a llorar, a un corazón sangrar y a una mano a escribir.
Y aún así me quedé, por más que, sé que; quererte seria un pecado y odiarte una hipocresía, así es como está mi vida, entre inviernos y primaveras, entre realidades y fantasías.
Es como cuando el sol que quiere solamente brillar, conoció a una estrella que le enseño que la noche siempre existió. Aprendió que al cielo nunca más volvió . y que nunca más volverá a amar.
Por eso, dame un ultimo abrazo que no conozca final, que mañana ya no estaré a tu lado y no volverás a llorar.
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