Ni todo el amor que te ofrecí, ni todas mis atenciones,
Ni todas mis caricias, mis abrazos, ni mis besos fueron suficientes.
Ni todos mis pensamientos que giran en torno a ti.
Ni entregarte mi corazón y abrirte mis pensamientos, mis defectos e inseguridades.
Nada fue suficiente para que sintieras que podías apostar por mí.
Que ilusa fui, que ingenua soy.
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