Las Bragas de Laura (Octavo capítulo)

Tras varias pruebas de laboratorio realizadas en el hospital para descartar que haya sufrido abuso o que tuviera alguna otra molestia en su salud, dejaron que Laura descansara en la cama de la habitación, que no era lo que esperaba tener, más eso era lo que tenía en ese momento.

Por las medicinas recibidas para que se calmara, pudo dormir de largo sin interrupción, pues tenía sueño a cumulado y también ansiedad por todos los acontecimientos que había experimentado en los días anteriores.

Durante el tiempo que paso dormida, algunos colegas de su oficina que se habían enterado que estaba hospitalizada, la habían ido a visitar y su mesita continua a la cama, estaba llena de presentes, flores, peluches, chocolates y otros productos que le habían llevado.

A las 6 de la mañana la hicieron despertar para darle una medicina y se volvió a dormir, no habían pasado ni 10 minutos cuando la luz encendida de la habitación la hizo despertar, era la visita médica de rutina que estaba revisando a los pacientes para dar su informe de esa fecha.

Luego de eso le preguntó a una de las enfermeras que como estaba la evaluación médica y si ya le iban a dar el alta, la enfermera le dijo que todo estaba bien y que el médico residente la evaluaría nuevamente y allí decidiría si le daba de alta o no.

Alentada por esas palabras pidió que le comprasen ropa para cambiarse, pues solo andaba con una bata de enfermo y la ropa que había usado la noche anterior estaba sucia, la enfermera le dijo que no era necesario que comprara ropa, pues alguien de los que la visitaron mientras dormía, le había llevado ropa para que se cambiara cuando saliera del hospital.

Se tomó unos segundos para descifrar quien le llevaría ropa si ella no vivía con nadie, además solo ella tenía acceso a su departamento, bueno, eso era lo que creía, pues había olvidado como había entrado el desconocido que apareció en su cocina en días anteriores.

Se inquieto por un momento, y luego no le dio mayor importancia, se fue al baño, se duchó y se dispuso a vestirse cuando entre las prendas que tenía en un bolso, y que según la enfermera uno de los visitantes le había llevado, encontró una nota que decía:

“Disculpa por haberte llevado a mi casa y no a la tuya cuando tomaste el Uber, pero te quedaste tan dormida que fue imposible hacerte despertar y por eso te lleve a mi casa, y lo mejor que supuse seria lo correcto te llevé a mi cama y deje que durmieras allí, mientras yo lo hacía en el vehículo”.

Esto la tranquilizo un poco y se dijo para sí,

¡No estoy loca o inventando historias!

Se vistió y salió hasta la habitación, allí estaba el médico residente esperándola junto a la enfermera, les regalo una sonrisa y luego se dispuso a acostarse en la cama, más esto fue impedido por el medico que él dijo que se sentara en una silla que había cerca para tomarle los signos vitales y realizar la evaluación médica. La enfermera hizo su trabajo, le dio los datos al médico y este le dijo a Laura muy sutilmente.

¿Cómo se llama?

Laura Ramírez, dijo la paciente

¿Cuántos años tiene?

32, contesto Laura

¿Profesión?

Abogada

¿Hijos?

No, mencionó la abogada

¿Fuma?

No

¿Bebe?

Ocasionalmente, balbució Laura

Ante eso el médico le dijo

¿Ocasionalmente cada que tiempo?

Ante esta pregunta un poco capciosa, Laura se puso a la defensiva y le contestó

Algo parecido como cuando uno cobra el sueldo o le dan un bono por buen desempeño laboral.

Ante esta respuesta el medico frunció las cejas y luego extendió una receta y un documento con su firma donde procedía a darle el alta a la paciente.

Laura agradeció a las enfermeras y se dirigió a la salida para tomar un taxi y que la llevara hasta su departamento. No tuvo que esperar mucho tiempo hasta que apareció uno y se marchó.

Durante el trayecto reflexionaba en todo aquello que le había sucedido y se planteó nuevamente la idea de darse unas vacaciones para poner en orden sus ideas y alejarse de la atribulada situación en que estaba inmersa.