Cuesta tanto despertar. Abrir los ojos. Otro estúpido día más. En el que no tolero este odio, en mi pecho, este odio contra mí misma y la humanidad.
Sigo pensando que solo muriendo podría descansar. ¿Es absurdo? Y tener al mismo tiempo tanto miedo a la muerte.
El juicio y odio de los demás nunca será tan grande como el que yo siento por mí misma.
No tengo idea por qué sigo aquí, pero algo me detiene. Yo creo que es el miedo. Eso me detiene. Un terror interno. El infierno en el que ya vivo y experimento no me deja ni siquiera pensar que puede existir el Cielo. Porque yo ya he estado y sigo en el infierno y siento que no conozco otra cosa.
Porque Dios no está, nunca ha estado aquí, el no sabe de nuestra existencia.
No tengo idea de cómo seguir y nunca me he sentido suficiente.
Todo está dejando de tener sentido. Y creo que eso es lo más cuerdo que he sentido. Que nada tiene sentido. Porque en realidad todo es una locura. Y nada importa en verdad.
Hacer un hoyo en la tierra para poder enterrarme y nunca salir.
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