a Jorge Eduardo Eielson

una gota

de cielo

cayó

sobre

tu cabeza

de terciopelo azul

y algunos

nudos

quedaron

desatados

en el corazón

de Roma

la poesía

está

en todo lado

me dijiste

bajo el tambor

del firmamento

mientras tus pasos

te llevaban

por la vía Appia

con los ojos cerrados

y unas lágrimas

cortaban como espada

el río Tíber

ah tejedor

irrenunciable

de la fe y la sangre

nos dejaste tendidos

sobre el pavimento

unos logramos

romper

la noche

en mil pedazos

otros volvimos

al alba

mientras el sol

hacía una fiesta

con la aurora

Jorge Eduardo

ahora que sabemos

de qué están hechos

nuestros sueños

vamos juntos

a beber

de las estrellas

que quedaron

diluidas

a la orilla

del mar

besando

tus pies

de acantilado

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