Dos extraños,
de lejos se miran,
sin interés,
sin curiosidad alguna.

Solo viven el momento,
cada cual en su mesa,
apartado,
solitario,
piden café,
y, sorbo a sorbo,
devoran sus lecturas.

El sonido de fondo,
suave, envolvente,
rellena el lugar,
mientras el calor de la bebida
amortigua el frío nocturno.

Ella levanta la vista,
una mirada indiferente,
ojos rasgados que buscan
descifrar lo que la rodea.

Mira la lámpara otra vez,
su tono cálido,
perfecto para el momento,
no hay más que existir
en ese fragmento del tiempo.

Dos extraños,
haciendo lo mismo,
tras unos minutos,
renglones más, renglones menos,
se levantan,
cruzan miradas,
y se alejan en silencio.

@Dcadenciarota

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