Para llegar al cielo hay que pasar por el infierno.
No se yo si conocerán ustedes al señor Coto Matamoros.
Si son de nacionalidad española y nacieron antes del 95 apostaría un fajo de billetes a que sí.
Este hombre fue un colaborador de televisión de los años 90 y principios de siglo que ganó mucho mucho mucho..dinero.
Y mucho de ese dinero iba para las drogas.
El caso es que a parte de ser drogadicto, era un tipo duro, políticamente incorrecto, mal hablado y faltón.
De esos que hacen falta ahora, en esta corriente de lo políticamente correcto donde no puedes decir una palabra más alta que la otra o la sociedad se te hecha encima.
Yo siempre pensé que era un drogadicto con media neurona, mi concepto sobre los drogadictos nunca fue demasiado elevado.
La educación que me dieron mis padres hizo que siempre estuviera muy alejado de ahí.
El caso es que el tal Matamoros de tonto no tiene un pelo, dicho lo cual es calvo, y lleva un tatuaje a lo Mike Tyson en la cabeza.
El título de esta obra es una reflexión suya.
Para llegar al cielo, hay que pasar por el infierno.
Cuanto más difícil es el camino, más se aprende durante el trayecto(esta reflexión es mía).
Y es cierto que los peores momentos de nuestra vida, nos catapultan hacia arriba con muchísima más fuerza que cuando todo nos va bien.
Salid de la zona de confort, complicaros la vida y, evolucionareis.
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