La oscuridad era absoluta y el silencio ensordecedor. Comenzó a caminar muy despacio, un pequeño paso a la vez con un miedo que lo estrangulaba. La idea de encontrarse con un vacío bajo él al ir avanzando lo estremecía en cada paso a oscuras que daba. De pronto lo supo, había alguien más allí, alguien más oscuro que la propia oscuridad que lo rodeaba. Sabía que era malo y que debía huir lo más rápido posible. Respiró hondo, tomó coraje y sin pensarlo comenzó a correr. Sintió los pasos siguiéndolo e intentó correr más rápido pero fue en vano. Un inmenso miedo recorrió todo su cuerpo cuando aquello que lo perseguía lo atrapó en un abrazo de frio y muerte. Lo último que sintió fue una horrible sensación de estar cayendo, sentía como su cuerpo rodeado de aquel ser, caía rápidamente hasta que..

PUM!!

Un ruido seco sobre el techo de su habitación lo despertó sobresaltado. Le gritó desde la cama a su madre si lo había escuchado y si sabía qué había sido pero no tuvo respuesta. Descubrió al levantarse que sus padres no estaban en la casa, lo que era muy extraño. De la cocina salía un leve olor a tostadas quemadas y podía oir el ruido del agua hirviendo en la pava. Alguien, su madre seguramente, había comenzado a hacer el desayuno. Revisó cada lugar de la casa pero todo estaba perfectamente en orden. Sus teléfonos seguían allí al igual que sus autos. Todo parecía estar normal. Preocupado tomó el teléfono y… PUM nuevamente el ruido seco sobre su techo

Comenzó a llamar a sus familiares pero ninguno contestaba, hasta que llamó a una de sus tías. Apenas dijo “hola” ella comenzó a gritar y sollozar, él no podía entender lo que ella decía, sólo gritaba cosas sin sentido y no paraba de llorar, hasta que se cortó la llamada y no volvió a contestar. A pesar de su discurso incoherente una frase le quedó rondando en la cabeza y le dio una muy fea sensación “los cuerpos, los cuerpos no dejan de caer”

PUM

El sonido seco se oyó esta vez en la calle. Se acercó a la ventana pero el miedo lo congeló, no se animó a mirar afuera. Sabía ahora con certeza que algo muy malo estaba pasando. El teléfono sonó. Su vecino acababa de levantarse y no encontraba a su esposa y como ella solía visitar a su madre, llamó para saber si estaba allí. –No encuentro a Rosa y todas sus cosas están acá, no entiendo que pu.. – Y de pronto silencio. El teléfono continuaba en línea pero su vecino ya no hablaba, no respondía.

PUM esta vez sobre el techo de la cocina

PUM esta vez muy cerca de la entrada de la casa.

Ni la televisión ni internet funcionaban.

El teléfono sonó y era su mejor amigo de la escuela. Sonaba aterrado, sus padres habían desaparecido y solo su hermano que vivía en otra ciudad le había contestado pero de pronto dejó de hablarle. “Cómo mi vecino” pensó. Le preguntó por los ruidos y el amigo le contó que los había escuchado y que estaba yendo, mientras hablaban, hacia la puerta para ver de qué se trataba. Esperó a su amigo al teléfono, hubo un silencio incómodo y luego gritos de espanto – Son cuerpos, hay cuerpos por tod..” y nuevamente silencio. Su amigo no volvió a contestar.

PUM sobre el techo del comedor

PUM sobre el auto estacionado en la entrada de su casa

Su mirada fija en la puerta. Decidió que debía averiguarlo, ver lo que pasaba.

Aunque estaba muerto de miedo comenzó a caminar lentamente. Un frio recorría su espalda. Cerró los ojos. Tomó el picaporte y con un movimiento brusco abrió la puerta de par en par.

Los cuerpos estaban por todas partes. Caían desde el cielo como una lluvia de muerte. Se apilaban en las esquinas, yacían oscuros sobre los techos.

De pronto la vio, colgando de un árbol como una fruta podrida, de negro y con olor a muerte. Su madre lo miraba sin mirarlo, sus ojos abiertos sin vida lo dejaron shockeado.

Cerró la puerta y fue a la cocina. Puso la pava y esperó tranquilo que el agua se calentara para hacerse un té. Se sentó en el sillón principal del salón de la casa. Tomó un sorbo con dificultad. Todo su cuerpo temblaba. El dulce sabor del té se mezclaba con el sabor de sus lágrimas.

El sonido de la taza al caer inundó la casa totalmente vacía.

PUM

El ruido de su cuerpo sobre el asfalto.

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