Entre tanto

Existía un hombre dentro de una apaciguada selva; calmado, estable, conectado con su íntimo ser. Un día esta apaciguada selva, se transforma en un infierno para éste hombre co-existiendo con la misma. Aparecen hombres de civilización, repartiendo temor, odio, destrucción a su paso, penumbra, ansiedad y mucho caos por toda la apaciguada selva. Cuando éstos hombres de civilización consiguen arrasar con gran parte de la selva, se topan con este hombre y lo persiguen para asesinarlo, el hombre natural corre buscando salvación, buscando refugiarse para que no terminarán con su vida. De tanto correr y buscar donde esconderse el hombre natural se detiene y piensa ¿Me sigo escondiendo o le hago frente a la situación sin importar lo que pase? Minutos después, los hombres de la civilización encuentran a este hombre, sentado en un roble, meditando. Éstos extrañados por lo que hacía el hombre natural, solo decidieron irse. Los problemas de cualquier índole se les combate, no dándole la misma importancia sino que echando raíces para buscar nuevos horizontes.

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Nuestra mente es impulsora de nuestra realidad, así como es creadora, también se ve condicionada por como la alimentamos. En este caso la mente es una selva apaciguada debido a que el hombre natural está con su ser íntimo, calmado y estable pero esto no siempre es así porque existen los hombres civilizados quienes buscan la destrucción, buscando el caos, transmitir ansiedades, fomentar el temor y la penumbra, que esto es justamente algo no ajeno a nosotros sino que nuestro propio ego, buscando el auto sabotaje, buscando volver un infierno nuestra selva apaciguada. Mientras este hombre corre debido a que su ego le está jugando en contra y se da cuenta que no corre contra nadie más que él mismo, se detiene y piensa que hay dos opciones, afrontar su ego o seguir tratando de ocultarse de si mismo, entiende que la mejor manera de lidiar con el mismo es volver a calmar su selva a través de la meditación, cuando éstos hombres lo encuentran meditando, se dan cuenta que no pueden hacerle daño a una mente estable.