VALE LA PENA ENAMORARSE?

VALE LA PENA ENAMORARSE?

Maryah

15/02/2025

Enamorarse es una experiencia compleja y multifacética que involucra tanto aspectos fisiológicos como psicológicos. Se caracteriza por una intensa atracción hacia otra persona, acompañada de una serie de emociones, pensamientos y comportamientos específicos.

Todo empezó con un «follow» en Instagram, y unos días después, un «hola». Dos personas desconocidas comenzaban a hablar. Los días fueron pasando, y no dejaron de hablarse. Se encariñaron, y pronto, comenzaron a querer verse. Así fue: se encontraron, y la primera impresión fue buena. Ambos quedaban fascinados por la belleza del otro.

Se miraron con nerviosismo, sonriendo como si compartieran un secreto que solo ellos entendían. La conversación fluyó con naturalidad, como si se conocieran de toda la vida. Rieron, compartieron historias y descubrieron coincidencias que los sorprendieron.

Después de ese primer encuentro, no pudieron evitar buscarse más. Las conversaciones se alargaban, las noches se hacían más cortas, y la distancia entre ellos, aunque física, se sentía inmensa cuando no estaban juntos. Cada mensaje que se enviaban cargaba de emoción, y cada encuentro se convertía en un recuerdo único y especial.

Pero enamorarse no es solo risas y mariposas en el estómago. Con el tiempo, comenzaron a surgir diferencias. Pequeñas discusiones empezaron a poner a prueba lo que sentían. A veces, la inseguridad se asomaba en forma de dudas: “¿Sentirá lo mismo que yo?” o “¿Y si todo esto es solo un espejismo?”.

Hubo noches en las que se quedaron en silencio, mirando el teléfono, esperando una respuesta, dudando si realmente valía la pena. Pero cada obstáculo los acercaba más. Aprendieron a escucharse con más atención, a comprender sus diferencias y a aceptar que el amor no siempre es perfecto, pero sí una decisión constante de estar allí, incluso cuando todo no es tan ideal como parece.

Y entonces, la pregunta seguía flotando en el aire: ¿Vale la pena enamorarse?

Ellos, con sus miradas llenas de complicidad, sus manos entrelazadas y una sonrisa tranquila, parecían tener la respuesta.

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