Ojos clavados en la hoja,

En el destello que emite por los rayos de sol.

Una mañana radiante, pero no para la que observa

En esa gran casa, rodeada de naturaleza, en esas 4 paredes blancas;

Un destello de luz que entristece su mirada.

Una mirada triste, embadurnada en pena

Su mente desbocada ahora se para y empiezan los pensamientos en bucle, 

El sentimiento de asco hacia su persona aumenta,

Odia cada parte de ella

Y cada vuelta coge fuerza, es real. 

Esa vergüenza permanece cada día,

Hasta que un día ya no siente la necesidad de luchar.

«No vivas para nadie, sino ya llevarás años muerta». 

Vuelve la mirada a la hoja,

llevando la punta hacia su muñeca,

Derrama una minúscula gota de sangre con un solo roce

Su cabeza vuelve en si, llora hasta no poder más. 

Siente como la hoja desgarra la piel, una peña grieta se abre en ti,

No duele, es un paso a la libertad.

«No vivas para nadie, sino ya llevarás años muerta».

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