Extractos del libro ¨NARRAME TODA MON CHERI

Extractos del libro ¨NARRAME TODA MON CHERI

Semis extractos de uno de los cuentos más importantes. Del libro antología de cuentos y narraciones ¨Nárrame toda Mon Chéri¨.

La narrativa unió a Marcos y Clara, y los convirtió en las columnas que sostienen la historia. Fue tan fuerte su castellano, que no importo que sean extranjeros, los dos desde su narrativa y con sus vivencias de pasado o mejor dicho pretérito, tuvieron un encuentro. Una noche, donde estaban solos.

Clara tomó la iniciativa y dijo: Marcos sacó la botella de la heladera, mirándola fijo y vio que era el momento. Con todo su corazón Marcos abrió algo más que la botella, abrió el corazón de ella con su galanteo anterior, a este brote de amor de Clara, que iba a ser certificado con champagne francés. La tomó de la cintura, y le dijo:

—Vos sos mi pretérito, mi pasado que forma parte de mi presente—, dijo Marcos. No vivas del pasado, déjame entrar y convertir el pretérito personal en un presente con aspiraciones a futuro, —acercó esa ficha a la quebequense.
—Vos sos mi pretérito, sos quien me quiere, no sé por qué todos estos meses no lo vi, —dijo Clara.
—¿Y qué pretérito sos? —pregunto él, mientras, servía otra copa de champagne—. Que vivís en el pasado, como yo. —Soy el perfecto, ¿Y vos?, —dijo ella. —Yo soy el imperfecto—respondió él. Copa, tras copa, el verbo del amor circulaba por la sangre que se tornó más dócil, sus labios empalmaron con gran pasión, había un sendero de letras, un castellano superior, sus ojos me miraban y se dilataban al compás de la lectura prohibida, copa, tras copa, eran tragos de pasión.

El perfecto y el imperfecto, habían hecho contacto, estaban cara a cara y el calor del amor empezó a narrar, todo era un juego de amar a lo simple, pero la bebida, subió de tono la conversación silenciosa y cambió el status, de ser una cosa simple paso a ser una relación en el pluscuamperfecto. Los verbos tomaron color de acción, fue cuando había canilla libre, valía todo, el presente se consolidó en una flor con su polen y un colibrí a su alrededor, con sabor a femineidad y hombría. El tiempo, se situó en una acción, cuando el acople fue perfecto, había electricidad, macho y hembra, se sintió una voz profunda que dijo:

—Nárrame toda, Mon Chéri.

El éxtasis convirtió al pretérito, en indefinido y llegó a llamarse un condicional simple que, en un grito de pasión, terminó en el presente. —Amor a lo grande.

—Soy tu poesía de amor, tu exclamación, que pide por tu cuento y novela, que se alzó en su mayor fruto de pasión de amar conjugando el verbo prohibido. En primera y segunda persona, dónde en un segundo el tú, y el yo, eran un solo pronombre, pasando por alto a él y llegando placenteramente al éxtasis de la pluralidad en su mayor expresión, había narrativa, firmada y certificada por un champagne francés, de alta alcurnia y aunque sus ojos no lo vieran, la narrativa escapando del pretérito, llegó al presente y sembró una semilla, un bono a futuro, bancado por ensamblaje y las corrientes de las aguas ardientes que alzaron la bandera del eslabón perdido. La prédica estaba hecha, ya no se podía volver y quedó en el tinte, una pregunta, la semilla narrativa, será futuro simple o compuesto. Tiempo después:

Y, Doc. ¿qué es?

—Son dos futuros compuestos, —y agregó—: Tienen ustedes un buen uso del idioma, porque la remaron con viento en contra, desde el pretérito y llegaron a un presente que en su silencio creó un buen futuro, —aclaró el médico.

Autor: Sergio Eduardo Brook

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