Era viernes en la noche, como uno de tantos que ella siempre anhelaba, solía preguntarse siempre lo mismo ¿Papá llegará hoy a las 10: 00 pm? Con la compañía siempre de un apuesto y lindo caballero, ella lo llamaba hermano, el siempre dispuesto a responder todos sus interrogantes, juntos aprendían y descubrían cada noche algo diferente.

No fue más que un momento efímero, que se escapó como el viento de la mañana. Fue duro comprender que ella ya no es una niña y su apuesto caballero ya no la acompaña siempre. Ya no es ella quien pregunta; ahora lo hace su viejo y arrugado padre, todas las noches: ¿Vendrá ella hoy a las 10:00 pm?

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