Como expresar algo que es inexplicable en palabras, como combatir algo que está en cada rincón de tu interior… por fuera puedes verte bien, en paz, pero el caos está dentro, en tu cabeza, en el peso de tus hombros, en el dolor de cuello, en la falta de apetito o en la gula, en el insomnio o en el cansancio. Gritas por los ojos sin llorar, gritas por la boca sin abrirla, duermes sin apagar tu mente. Te pesan las piernas al levantarte y el solo hecho de pensar en que tienes que seguir un día más con la misma sensación sin ninguna expectativa de que el día mejorará. Intentas ser positivo contigo mismo y con los demás, pero eso queda en tu mente por un momento, luego, ese pensamiento se va. Le sonríes a tu perro, a tus padres, tus hermanos, tus amigos…pero cuando se prende ese interruptor, ése interruptor que llevas tiempo queriendo que no vuelva a prenderse, la sombra te abraza y se queda ahí, persiguiendo tu cuerpo sin luz.

Dices que te gusta la soledad cuando en realidad quieres despedirla. Un abrazo cálido de otro solo te remueve un poco, pero no el suficiente para que prenda la llama en ti. Pero… nadie lucha como tú con esto…aunque cada día se te sea igual de gris, siempre tratas de dale un poco de color, y aunque se te sea imposible muchas veces…dicen que los que llegan más lejos, son los que se levantan una y otra vez, ganándose ese lugar que siempre imaginaron en los sueños buenos. La mente es lista, es cruda, es engañosa, es traidora, es intrépida, perspicaz e infinita. Y por toda la infinidad de cosas que puedas pensar que pasaran, no siempre será así, por que la realidad de tu mente no es la realidad que está afuera. Debemos convertirnos en la realidad de otras personas y sobre todo volvernos reales por nosotros mismos.

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