Tranquila, me vuelvo a repetir por décima vez, como mínimo; mientras, veo que mi respiración se agita, mi corazón se acelera y mi cabeza disocia buscando así quizás otro escenario más estable y reconfortante.
Vuelven a mí las inseguridades, los «no creo en ti», los «no vales para nada» , vuelven a mí y pasan por mi cabeza como millones de coches recorriendo una autovía, a 120km/h y sin freno alguno.
Me pregunto si algún día pararan, si algún día me sentiré tranquila o si esos coches dejarán de pasar…
Mientras, solo me queda escribirlo para así de alguna forma liberarme de ello.
OPINIONES Y COMENTARIOS