Somos seres dispuestos a no ver. No involucrarse suele ser lo más fácil y así pasan las peores cosas, finjiendo un show en una burbuja, ignorando el golpe que está por llegar. Nos escudamos en la culpa del otro, dejando de lado nuestra responsabilidad. Vivimos y sentimos, nos quejamos y nos duele, pero así seguimos, viendo la vida pasar desde un balcón lejano. Dispuestos a cualquier acotación, a cualquier conflicto. Personajes impuros, propios de novelas, que ven el problema pero no la solución. Somos esos que creen que una astilla no puede formar parte de una casa. Somos los que creen que ya alguien se está ocupando. Queremos que alguien cambie al mundo, pero no queremos mover un dedo para hacerlo.
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