Madrid 2/4/2024

Vaya qué rápido se pasó estos cuatro días de Semana Santa, 28,29,30,31 de Marzo, la cantidad de agua que cayó gracia a la borrasca Nelson, pensábamos que se inunda otra vez la casa, en cuanto aclaró un poco el Viernes Santo, bajamos al Río, un simple arroyo que nace a pocos metros de del municipio de Fontanarejo, con un importante caudal de agua, que estuvo apunto de salta su puente de dos altos arcos de medio punto. Sus aguas poco después desembocan en otro arroyo llamado Valdehornos, recorriendo unos veinte kilómetros hasta desembocar en el Guadiana. Pero empezó otra vez a llover y nos volvimos, ya en casa sentado frente a la ventana en la mesa camilla, viendo caer el agua de lluvia tras los cristales de la ventana y encharcado gran parte de la avenida, salio el tema de los indigente, esas personas que no tienen techo para resguardarse de las inclemencias del tiempo, y lo más que lo pasarían en estos días de frío y lluvia. Y así estuvimos los dos días encerrado en la casa rural, viendo como la lluvia empapaba toda la comarca.

Mientras duraba el viaje hacia Madrid, veíamos en cada cueneta fluir gran cantidad del aguacero caídos durante esos días, como los cientos de manantiales surgidos por el Orvallo caído de los cielos en las cortadas pedrizas o pizarras arrebatadas de los montes bajos por las manos del hombre en su trazado de las calzadas. El Domingo al mediodía salimos del pueblo lloviendo y parando a unos 100 kilómetros en el pantano de la Torre de Abraham, después de verlos seco estos años de atrás, el agua llegaba casi a la carretera, distancia tres kilómetros cuyo riachuelo es el llamado Río del Milagro, eso sí era un milagro en pocos día llenarse el pantano, por la tarde llegamos al domicilio, descansamos hasta la mañana del día siguiente.

El lunes llegué a mi destino sobre las 8,20, vi como un fardo, tirado en el suelo, según me iba acercando el bulto que visualice en los pocos metro antes de la calle, se convirtió en un hombre de mediana edad, tumbado en la acera, resguardado bajos los sobresaliente soportales de las terrazas de los bloques de los pisos de la comunidad de vecinos. En un principio pensé que estaría muerto pues no daba señal alguna ningún movimiento, me acerqué hacia él y al momento se acurrucó como buenamente pudo, el frío a esa hora de la mañana era constante.

Le pregunto pero no me respondió, aparte no era de agrado ver un hombre de esas características tirado en la acera, muy transitada a partir de las nueve por encontrarse una farmacia en la esquina poca distancia del individuo de algo más de cuatro metros en línea recta.

Cuando salí a la calle veinte minutos después seguía en el mismo sitio él sin techo, le hice una fotografía desde una perspectiva de la calle donde se veía las piernas y el trozo de cabeza estaba tapada por los cuellos de su andrajosa cazadora. Y lo mandé a través de la aplicación X que antes se llamaba ( twitter) con destino @linea10 canal directo del ayuntamiento de Madrid, solicitando el teléfono de los asistentes sociales. Minutos después me contestaron que llamará directamente al 112 Samur solicitando actuación para a las 9,26 de aquel dia 1 de abril 2024, y a si lo hice llame expuse el caso, tomaron nota y en media hora me volvieron a llamar para decirme que los asistentes sociales iban de camino. Salí a la calle para tener cobertura y les dije que anulase el aviso pues el indigente ya no se encontraba en aquel lugar.

Tomaron nota para la anulación, pero alguien tuvo que volver a llamar ya que a las 12,30, el mendigo se volvió a tumbarse en el mismo lugar de la acera.

Las señoritas de la acción social, nos dijeron que ellas no podían hacer nada, ya que estuvieron hablando con él y rehusó los servicios que le ofrecían. Lo único que pueden hacer es llamar a los municipales, ya que si les molesta verlo, lo trasladan a otro lugar. ¡Ya!, dijimos como si los municipales fueran los encargados de la mudanza, no es un objeto es una persona, proteste y casi seguro que sus facultades mentales no están en orden necesitando ayuda.

Mientras tanto los vecinos se enfrascaban en discusiones ya que aseguraban que el señor infortunado no estaría bien de la cabeza arrastrando algún tipo de enfermedad o melancolía. A otro no le gustaba ver esta imagen cerca de sus casas, ya que los niños pequeños se asustaban, mi compañera aseguraba que era violento. Mientras yo me encerraba en mis pensamientos y recordando las navidades pasada el debate que manteníamos mi amigo Paco y yo, con este tema de la gente que vive bajo el Cielo, ya que, puntualizó mi amigo; ‘alguno viven de la mierda, que ya no saben salir de ella y es su forma de vida’, la verdad tenía todo la razón, a cualquiera le puede cambiar la situación de vivir cómodamente en riquezas y de la noche al día encontrarás con esta otra realidades sobreviviendo en la peligrosa travesía de la penuria de vivir sin techo donde cobijarse, cuando las inclemencias atmosféricas son adversa con este colectivo de personas invisible, algunos son muy violento como escuche hoy en la radio que dos menesterosos desafortunados mendigo pegaron una brutal paliza a un trabajador de la limpieza, por pedirle el operario que salieran de los servicios del aeropuerto de Madrid, para su cometido de desinfección y limpieza del aseo, ante la negativa de abandonar, estos le proporcionaron una buena paliza.

Según escuchaba, la portavoz y compañera del trabajador agredido por la violencia y el maltrato que están sometidos estos empleados por estas personas. Me acordé de un sin techo que dormía en un local de Moratalaz al lado de nuestro colegio y que de un día, otro indigente en una riña entre ambos a Pepillo, como le llamábamos, le asestó dos puñaladas mortales.

Mientras tanto el pobre volvió otra vez a la acera serían las 13,30 volví a salir y me dirijo hacia él, y le pregunté que porqué estaba tumbado en este sitio, me contestó: que se encontraba descansando, le dije que se fuera entonces al los asientos de madera del paseo que se encontraba a 10 metros, y que aquí tendido, y echado en la frialdad del cemento, tienes todas las papeletas en coger un buen enfriamiento y necesitarás medicamentos y será peor, pregunte por si tenías familia, con la intención de avisarlo o que se fuera a los establecimiento beneficio con la respuesta de un no procede y que le dejará en paz; volviendo por donde vine para mi puesto de trabajo, diez minutos después entró Álvaro con su pequeño hijo de cinco años, asustado por encontrarse el individuo tirado en el suelo a escasos metro del portal, y que el padre me preguntó por esta situación.

Dándole las novedades e informando de los últimos acontecimientos, pidiéndome que me hiciera cargo del niño, mientras hablaba con esta persona, en los pocos minutos volvió aparecer por la puerta antes la negativa de no llegar a ningún acuerdo con el indigente en abandonar su actitud con lo cual subió a su casa, y tres minutos después Álvaro me llamó por teléfono para informarme que la policía estaba en camino, salí para la calle en teléfono en mano, pero él sin techo ya se había marchado, a lo que el vecino me dijo que desinfectar ese trozo de cemento, pues el señor olía muy mal. Salí con el dosificador del Sanytol y rocíe la parte en que está persona se recostó en la inmediaciones del porta.

Pensando en lo que quedaba del día, en estos colectivos hombres y mujeres que lo único que tiene aparte de la miseria en sus cuerpo es la prisión de vivir bajo este frío cielo y húmedo cimborrio urbanístico y el padecimientos de estos seres humanos con sus desgracia, ante la supervivencia de las miserables calles y callejas, apestando generando el malestar superior hacia otra casta sociales. Que tal vez estos seres ya están tan metidos en la miseria que la mayoría hicieron de ella su medio de vida ante la escasez de medios misericordiosos con esta herida de penuria humana. Pues como el profeta dijo, los pobres siempre lo tendréis, pero a mí no. Es tan demente y perturbado este Mundo. Que no es capaz o no quiere zanjar este quebradero de cabeza de sus ciudadanos o semejante, ya que una gran parte de estas personas que viven bajo el nublado cielo o abrasador Sol, son personas que necesitan la mayor parte asistencia médicas por algún tipo de enfermedad metales o melancolía, tristeza causantes de pérdida de autoestima, tal vez causada por un trauma o quizá el abuso del alcohol o drogas o que perdieron su trabajo, sustento para sobrevivir que les llevó ante esta situación de desamparo.

Ten en cuenta amigo lector, que a cualquiera de nosotros nos puede cambiar nuestra cómoda situación. Hoy en día, el ser humano todavía no ha vencido su mayor enemigo, el miedo generado que desprende otros seres humanos, provocando, siendo estos cómplices en la mayoría de los casos alborotando en incentivando para este fin, beneficios de otros. Solo se combate esta guerra con la única arma difícil de disparar el AmoR. Ya que otro hombre hace 2024 años la empuñó y apuntó a los corazones de personas con otro tipo de pensamiento filosófico. Bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos es el Reino es los Cielos

Enrique Manuel Hidalgo para el país de la Piel de Toro.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS