Admito que no entiendo nada, no entiendo la vida. Cuando creía que lo hacía, y que sabía el significado del éxito, en realidad no tenía idea de lo que me esperaba. Nunca he sido paciente, mucho menos compasiva conmigo.
Tengo varios escritos sin publicar, personas en mi vida que he descartado y me he alejado. Si buscaba la espiritualidad es porque carecía de ella. Ojalá escribiera sobre amor, sobre algo lindo. Pero no, esta ocasión no es así. Y tal vez aquella persona que conocí en mí ya no exista más, porque me encuentro sin rumbo y sin sentido nuevamente.
Creí que moriría; y cuando no ocurrió, me decepcioné de alguna manera. ¿No es tan obvio que todo esto es un mal sueño? Para cuando despierte, aquella sombra de lo que creía ser desaparecerá. No necesito un lenguaje rebuscado, para comunicar, expresar, cosas simples.
Es sencillo. No hay significado ni sentido, realmente. El mundo es demente y no tiene arreglo. ¿La ventaja? Somos viajeros aquí, de paso, buscando siempre regresar a casa. Ese lugar que anhelamos y que esperamos, pero nunca nos fuimos. Difícil de creer, difícil de sentir.
Dejar de juzgar, es buena idea. Comencemos por hoy. Un día a la vez. Veamos que sucede, y el día de mañana se encargará de sí mismo.

OPINIONES Y COMENTARIOS